SOCIEDAD
conflictos de genero

El reclamo de las actrices de Hollywood llega al país

Figuras de la escena nacional analizan el planteo de Patricia Arquette en la entrega de los premios Oscar sobre la brecha salarial entre los hombres y las mujeres.

Brava. Meryl Streep y Jennifer Lopez saltaron de sus asientos: Patricia Arquette fue la más aplaudida.
| Cedoc

“Hemos peleado por todos: por cada mujer que da a luz, por cada ciudadano de este país. Es nuestro momento de tener igualdad de ingresos de una vez por todas y los mismos derechos para todas las mujeres”. Cuando levantó el Oscar como mejor actriz de reparto por su rol de madre soltera en Boyhood, vestida de lujo, Patricia Arquette puso sobre el tapete una realidad de la que se habla poco: que en pleno siglo XXI, a pesar de todos los terrenos conquistados, hombres y mujeres aún no ganan lo mismo por la misma tarea. Los números, en la Argentina y en el mundo, le dan la razón: según cifras de la OIT de 2014, la brecha salarial general entre hombres y mujeres en el país es del 29%, y en los ámbitos profesionales, del 17% en general y del 14% en posiciones gerenciales.

En Estados Unidos, la tierra de Arquette, la diferencia no es mucho menor (22%) y en Europa, Alemania y España encabezan los ranking: 21,6% y 19,3%, respectivamente. De hecho, en el país ibérico la crisis profundizó esa grieta en los últimos años. La media europea, según la agencia Eurostat, es del 16%. “Aunque la brecha se ha ido achicando, este tipo de cambios llevan mucho tiempo y son, básicamente, culturales”, dice María José Sucarrat, directora del Espacio de Negocios Inclusivos de la Universidad Di Tella. “En contextos económicos inestables, como América Latina, muchas mujeres prefieren no salir a pelear esa diferencia por miedo a perder el empleo”, agrega.

Arquette encendió la polémica (ver recuadro) que PERFIL trasladó a nuestro país: ¿qué piensan las actrices argentinas sobre esa diferencia? Moria Casán destaca la “doble lectura” que puede hacerse sobre esta problemática: “Por un lado se habla de inclusión, las mujeres tenemos cada día más poder. Pero las brechas existen, y eso es disparatado. Yo soy una excepción: siempre fui una mujer que ganó más que el hombre que estuvo a mi lado”, dice, aunque no “compra” ciento por ciento el discurso de Arquette: “Me parece feminismo medio maquillado, en la cultura del dinero total”, polemiza. Para Graciela Borges, bastión del cine nacional, el discurso fue “brillante”. “Yo me casé con un hombre rico y sin embargo, pagaba mis cosas. En eso, soy una feminista: me dejaron trabajar, me dejaron ganar dinero. Sin enfrentarnos –porque amamos a los hombres–, debemos ganar igual porque trabajamos igual”.  

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Camino por recorrer. A Jazmín Stuart le interesa establecer una diferencia: “Como directora, somos buenas negociando. En el mundo de la actuación, por una cuestión de marketing, los hombres suelen tener mejor cotización: hay una atracción más fuerte del público con las figuras masculinas, son ellos los que llevan más gente al cine, generan más encendido de pantalla. Creo que esto pasa a nivel mundial”, asegura. Malena Guinzburg es más escéptica: “Todavía hay mucha diferencia entre hombres y mujeres, entre sus sueldos, los puestos jerárquicos, el trato. Y en el humor, a lo que me dedico, la diferencia se da en si nosotras somos menos graciosas que ellos”, ironiza.

La directora de cine Teresa Costantini coincide: “Aunque nuestro mundo es bastante distinto al de Hollywood, la diferencia es grande, pero en todos los ámbitos de empleo”. Destaca a Arquette “por su valentía”. Otra fan de esa postura es Esmeralda Mitre. “A igual trabajo igual remuneración. Me parece bien que se exprese y diga lo que dice. Además, es un concepto universal. Luisa Kuliok dice que “la diferencia está naturalizada y eso es un error: tenemos que ver, como mujeres, en qué somos cómplices de ese discurso, para lograr cambiar las cosas”. Claudia Lapacó no cree en esas diferencias, al menos en el mundo de la actuación: “Creo que el arte no se rige por categorías. En el mundo artístico, cada uno brega por su salario”, dice. Dalia Gutmann cierra con un toque optimista: “Creo que vamos a lograr un equilibrio al respecto. No lo dudo”.

 

Un discurso que encendió la polémica

Pidió igualdad de ingresos para hombres y mujeres, y fue criticada: que era una millonaria hablando de otros millonarios, que hablaba sólo de las mujeres blancas. Pero Patricia Arquette se defendió: “No estaba hablando de mi propia posición. Yo he tenido mucha suerte. Lo que expresé es cómo no tiene sentido que haya discriminación por género”, le dijo a la revista Time. “Estamos hablando de que las mujeres toman los mismos préstamos para ir a la universidad, pero les lleva más años que a un hombre devolverlos. Ganan, en promedio, entre medio y un millón de dólares menos durante toda la vida. Y esa es plata que no tiene para pagar educación o salud a sus hijos. Gané este premio por interpretar a una madre soltera, y pensé mucho, al componerla, cómo su vida hubiera sido mucho mejor con igualdad de ingresos y oportunidades”, explicó.
La actriz Emma Watson, por su parte, es embajadora de Buena Voluntad de la ONU, y brega desde su lugar por la equidad de géneros. Su campaña #ElporElla trabaja por que hombres y mujeres busquen, juntos, “cambiar leyes y mentalidades para establecer lo que es sentido común”.