SOCIEDAD
En el da del maestro, una radiografa escalofriante

El reclutamiento docente cae en picada

La expansión del sistema educativo fue proporcional a su decadencia. Mientras las escuelas reclaman nuevos cargos, las inscripciones para estudiar magisterio decrecen. La profesión es sinónimo de pobreza y el presentismo es utilizado como medida de coacción. Un sistema que hace tiempo entró a terapia intensiva.

default
default | Cedoc
El parte médico de la educación en la Argentina es grave. Con la intransigencia de una metástasis, la expansión del sistema educativo fue proporcional a su caída en picada. Mientras que creció el 25 % el padrón respecto de 1994, se debilitó la calidad de la enseñanza y de las remuneraciones, cuya anemia ha sido una constante en la historia del país. En total, la Argentina suma más de 825 mil docentes.

La profesión. Merced a la Ley de Financiamiento Educativo promulgada en 2005, en la actualidad hay once provincias comprendidas en el Fondo Compensador de Desigualdad Salarial y en las que el salario inicial de bolsillo subió a 840 pesos.

En el resto del país, los montos variaron según las jurisdicciones y el humor de los gobiernos de turno. Corrientes, Córdoba, Tierra del Fuego y San Juan son algunas de las que todavía dan pelea para lograr mejores condiciones salariales. 

Los incrementos de sueldos otorgados en los últimos años se limitaron, en la mayoría de los casos, a restituir los niveles anteriores a la crisis de 2001, aunque sin llegar al poder adquisitivo que tenían los maestros antes del recorte ni en los años 80. Hoy, la mitad del padrón está bajo la línea de pobreza.

Desde la secretaría gremial de la CTERA detallaron que un maestro de grado cobraba, en 1998, 300 pesos de salario inicial promedio; monto al que al año siguiente se le sumó el Incentivo Docente, 60 pesos por cargo, que comenzó a pagarse luego de 1000 días de lucha en la “Carpa Blanca” instalada frente al Congreso de la Nación. En algunas provincias, significó hasta el 30 por ciento del salario.

Sueldos básicos, vejez y exigencias. En la mayoría de las jurisdicciones, el sueldo básico y la vejez van de la mano. A pesar de que casi la mitad de los maestros quieren retirarse de las aulas, mientras los incrementos de los salarios se agreguen como sumas no remunerativas, no lo harán.

Los sueldos básicos bajos generan una población con edades elevadas, en la que casi el 30 por ciento del padrón es mayor de 44 años, hasta la "dictadura del presentismo".

En La Rioja, por ejemplo, no faltar a las aulas se paga con el 10 por ciento del sueldo básico, el cual es de 330 pesos. Del mismo modo, en Santa Cruz, donde el básico es 161 pesos, el 70 por ciento del sueldo es no remunerativo, el pago por presentismo es de 250 pesos.  “Si vivís en El Calafate, te conviene más trabajar de mucama que de maestra", afirma Viviana Fernández, secretaria gremial de la Asociación de Docentes de Santa Cruz (ADOSAC).

Sin maestros. También baja el interés por dedicarse a la docencia. En la ciudad de Buenos Aires, la matrícula de los estudiantes de magisterio decayó el 10 por ciento. Andrea Alliaud, directora de Educación Superior de la ciudad de Buenos Aires, lo atribuye a la desvalorización de la profesión, razón por la cual también la matrícula sólo aumenta en épocas de crisis.

La estructura educativa tampoco genera nuevos cargos y algunos de los establecimientos claman por maestros de grados y especiales (de música, tecnología, artes plásticas, educación física o inglés).

Un informe de la Asociación de Magisterio de Santa Fe (AMSAFE), realizado en 2005 en el departamento Rosario, indicó que al 62 por ciento de las escuelas le faltan docentes y no docentes. En el último caso, los planes Jefes y Jefas de Hogar cubren esas deficiencias y se ocupan puestos de bibliotecarias y preceptores "desconociéndose de este modo la necesidad de una formación especializada para dichas funciones".