Luego de que muchos asistentes a la misa ricotera se perdieran de sus amigos y/o familiares o tengan que ir a buscarlos al hospital de la ciudad, los micros alquilados por los fanáticos emprendieron la vuelta, más allá de no contar con todos los pasajeros en un momento de caos y desesperación.
Los bomberos y la policía acudieron rápidamente para apagar el fuego oasionado.