SOCIEDAD
ya trabajan en la contencion

“Es bueno pero un poco solitario”, dicen del chico que disparó en el aula

Se trata de un adolescente de quinto año que ayer gatilló cuatro veces dentro del aula en el colegio Bernardino Rivadavia, en Merlo. Polémica sobre si fue o no una consecuencia más del bullying.

Afuera. La actividad después del episodio siguió con normalidad en la institución. Hoy habrá reuniones y charlas con los chicos que presenciaron el ataque a balazos.
| Montaje Digital

Entró al aula a las 8.15. Se sentó en su banco y de un momento a otro, en medio de la clase, sacó un revólver calibre 22. Apuntó hacia la estufa y gatilló, pero el tiro no salió. Volvió a gatillar y el disparo impactó en el techo, y segundos después siguió otro que dejó su marca en el piso del aula.

Todo sucedió en Pontevedra, en el partido de Merlo, cuando un alumno de quinto año –que padece ataques de pánico– abrió fuego dentro de su aula del Instituto Bernardino Rivadavia, ubicado en la calle De la Virgen 2260. Los disparos no causaron heridos.

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Tras el hecho, el alumno se encuentra aislado con su madre en una comisaría de Merlo, y el fuero penal juvenil dispuso la detención bajo la carátula “abuso de arma y tenencia ilegal de arma de uso civil”. “Es un chico buenísimo, buen alumno, y a simple vista es un joven común, normal, como el resto. No tiene nada que llame la atención; se lo conocía por ser muy solitario, pero por lo que se comentó y se ve, tiene algunos problemas por resolver”, explica a PERFIL Maximiliano Steinhardt, padre de un alumno de la escuela y primer revisor de cuentas de la Comisión Directiva de Padres, quien admite que hubo inconvenientes con el menor antes. “Algunas reacciones llamaban la atención y generaron que los padres debatieran cómo manejar el tema. La semana pasaba se realizó un acta porque el alumno golpeó un pupitre luego de una lección oral”, contó Steinhardt.

Por su parte, inspectores de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires se hicieron presentes en la institución junto a la directora provincial de Educación de Gestión Privada, Nora Pinedo, para colaborar con el personal de la escuela y las familias y brindar contención. Es por eso que hoy sábado equipos de psicología junto a los alumnos que presenciaron el ataque continuarán con el trabajo de charlas para evitar mayores consecuencias en el grupo escolar. El jefe de la Departamental Merlo de la Policía Bonaerense, padre de un compañero del joven agresor, comisario Hugo Santillán, aclaró con insistencia que “el joven no le apuntó a nadie” y se quejó de las distorsiones que, dice, sufrió la noticia ayer. Por otro lado, la madre del menor declaró que el arma utilizada por su hijo “no es de la familia” y remarcó que había iniciado un tratamiento psicológico por sufrir alucinaciones.

Problema. Para Adrián Outeda, secretario de Educación de Merlo, se trata de un “hecho aislado, que no tiene antecedentes”, y aclaró que el joven no era víctima de violencia por parte de sus compañeros, como circuló en boca de algunos padres. Sin embargo, a mitad de la mañana de ayer los alumnos de quinto año mantuvieron una reunión con inspectores del área educativa de Merlo, que difundió la web del diario La Nación. En esa reunión participaron también algunos padres de la división. Uno de los presentes grabó con su celular algunos de los reclamos de padres y alumnos, que afirmaron que el joven era víctima de acoso y maltratos dentro de la institución pero que ninguna autoridad había actuado para ayudarlo.

“Este chico hace dos años que viene teniendo problemas. Está sufriendo bullying. Hay chicos de sexto año que le bajan el pantalón, le pegan cachetazos”, aseguró uno de los padres. Incluso, en el video se puede escuchar que un padre preguntaba a las autoridades si era cierto que el joven era agredido por el hijo de una representante legal de la escuela, a lo que le respondieron que “esto es parte de la indagación que nosotros tenemos que hacer”.

Pese a lo sucedido, Steinhardt sostiene que los padres aceptan la reincorporación del joven. “Esperamos que pueda volver a la escuela para terminar el año, siempre que se les garantice a él y al resto toda la seguridad necesaria”, sostuvo.

 

El fantasma de Junior

El 28 de septiembre pasado se cumplieron nueve años de la tragedia que marcó a Carmen de Patagones y al país. Rafael Junior Solich, cuando tenía 15 años, ingresó armado a su escuela, el Instituto Nº 2 “Islas Malvinas”, y disparó contra sus compañeros: mató a tres de ellos e hirió a otros cinco. La masacre fue a las 7.30, en un instituto donde había unos 400 estudiantes.
El joven tenía escondida una pistola Browning calibre 9 mm (perteneciente a su padre, un suboficial de la Prefectura Naval Argentina), dos cargadores y un cuchillo de caza. Sin mediar palabra, se colocó frente a la clase y descargó el arma contra sus compañeros. Cargó de nuevo y disparó hacia el kiosquero de la escuela, a quien no alcanzó. Uno de sus compañeros se le abalanzó y logró quitarle la pistola, y así fue detenido. Hoy, Junior tiene 24 años y permanece internado en un neuropsiquiátrico.