Luego que ayerel Gobierno pusiera al fin "manos a la obra" en la lucha contra los incendios de pastizales en la zona de las islas mesopotámicas, lo concreto es que esta madrugada la situación es mucho peor que la de ayer a la misma hora. Se ve muchísimo menos y los problemas respiratorios son más evidentes.
La quema de pastizales, pese a las imágenes que se veían de bomberos y los destemplados pedidos del ministro Florencio Randazzo y la secretaria de Medio Ambiente Romina PIcolotti exgiendo culpables, siguió fuera de control, en el narco de un problema que no sólo tuvo cariz argentino, sino que lleó incluso al Uruguay. Desde el vecino país señalaron que hasta en Punta del Este el molesto humo argentino hizo de las suyas.
Durante la jornada se cortó el tránsito en varias rutas, especialmente en la problemática y peligrosa ruta 9, pero el hecho de que no se hayan producido accidentes representa un detalle, el más importante, de tono altamente positivo. En la zona del puente Rosario-Victoria un helicóptero de la Prefectura Naval Argentina debió aterrizar sobre la ruta 174, a la altura del kilómetro 34, para interrumpir la circulación vehicular por la escasa visibilidad en la zona.
Mientras tanto, bomberos trabajan intensamente en la costa santafesina y entrerriana, tratando de sofocar al menos algunos de los tantos focos de incendio provocados por la quema de pastizales.
Esta noche, la ciudad de Buenos Aires ofrece un panorama mucho más serio que el de ayer, con calles "estilo Londres" y un insoportable olor a pasto que producía molestias cada vez más ostensibles. Se sabe, sin embargo, que como en el caso de las inundaciones porteñas, habrá que esperar que la propia naturaleza se encargue de terminar con esta molesta compañía.
Justamente sobre ese tema hay que decir que el Servicio Metereológico mantiene un alerta incluye el sur de Entre Ríos, este de Buenos Aires, la Capital Federal y el Delta. Tal vez la lluvia, entonces, pueda ayudar a terminar con esta quema de pastizales que se ha convertido en otro "gran tema" de nuestra realidad. Sin solución, por supuesto.