Que Adán y Eva nos estrellaran por querer espiar la letra mas pequeña del guión celeste, no es crimen proporcional al castigo que sobrevino: ser huérfanos de Dios. Que esos desdichados se largaran desnudos por la floresta a morder la fruta fue lo que la ley natural les imponía. Hubo, seguro, mala praxis celestial. ¿A quién, si no a un dios abogado se le podría ocurrir interponer al deseo de estos chicos el árbol del Bien y del Mal? (para colmo con mayúsculas). Sobran motivos para solicitar este proceso sea revisto. No es trámite difícil. Si Dios es imperecedero sigue en Su Puesto y preside el tribunal universal. Aquel expediente matriz debe estar en el disco rígido de su Gran Memoria. En la la A o en la E. (o en la M que E le alcanzó al muy pánfilo de A).
Que esta mañana no me zumbe otra cosa en la cabeza que ese fatal contencioso del Edén, es porque allí fue donde principió nuestro dolor. Y cada duda. Sea sobre el Tema de los Primeros Días o el Tema de los Ultimos Días. Y si dan vueltas como dan es porque no se entiende que ambos casos sean asuntos tan poco investigados. O se los acepta, con ánimo fundamentalista, y entonces más que mal estamos. O se los toma a chacota. Pero resulta que lo de Adán y Eva no debería reducirse a una película pornográfica para mayores de 40 años. Continúa siendo la tragedia más grande que nos sucedió y en tanto no podamos quitarnos su espina, no hay oración, buenas ondas ni voluntarismo que nos salve. (En cuanto a la segunda duda, local y actual...)
Para mi que Dios se infatuó y detuvo su obra antes de lo debido. La arrancada de esos primeros seis días fue impecable. Pero luego se mareó contemplando esa esfera azul danzando en la nada y cometió un error que aún sufrimos: no dejar material para que el Génesis tuviera algunos versículos que dijeran algo más sobre lo que se vendría. No digo datos sobre la tabla de los elementos de Mendeleiev o el tapiz genético, que eso había que ganárselo con el sudor de miles de siglos, sino de problemas de entrecasa. De lo que debería habernos llegado con formato de Paraíso, quiero decir. Aquí, el software sacro realmente "se colgó". ¿Que en el programa de la Gran Computadora sólo se grabara lo de "parirá con dolor" y "ganará el pan con el sudor de su frente"? ¿Que nadie se ocupara después de una mínima, piadosa humanización? Es raro. Tal vez ni siquiera Dios lo recuerde. Se dió a la Creación con el ímpetu y el entusiasmo que tuvo (de algún modo era también su forma de trascender, de hacer publicidad, de organizar el caos, de ser él, en suma) y luego se echó en Su Inmensa Hamaca Paraguaya.
Para mí lo de Eva y Adán apenas si merecía una reprimenda y el castigo no durar más que un fin de semana. Pero como El después se echó a descansar "in eternum" más que una Creación nos dejó una Chapuza. Y bien que haría en despertar (al menos por algunos meses) Para blanquear a los imberbes parientes que nos dejaron aquel mal de ojo y para designar algún buen gestor del consorcio terrestre. Un ángel exterminador de usureros. Un fumigador de bancos. Un ecualizador de economías. Un mesías que impida que la concesión del Cielo quede en pocas manos y las del Infierno en tantas.
Un sucesor parido por la Historia, no macaneado por el Relato. Y que, en nuestro caso argentino, fuera piadoso con el 46 por ciento de los votantes que no creyeron, ni se creen, que él es El. Lo único que les faltaría tras el fiasco del Paraíso Perdido sería sumar desde 2012 makumbas y karnavales "Por Néstor nuestro Señor".
(Si es Néstor, porque a mi nadie me saca de la cabeza que el de la portada de la última Noticias no es El sino Pepito Cebrián Campoy...)
(*) especial para Perfil.com.