SOCIEDAD

Estrellas para prevenir accidentes

Sin subsidio estatal y con poca difusión, buscan concientizar sobre tragedias viales. Fotos. Galería de fotos

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| CEDOC

El 8 de mayo de 2002 Kevin Sedano y dos de sus amigos salieron de un boliche de San Isidro a las 0:30 y cruzaron la Avenida Libertador en dirección a una remisería. Como no tenían coches disponibles pidieron el teléfono para avisar a sus padres que llegarían más tarde de lo esperado pero les negaron el pedido. Kevin y sus amigos decidieron caminar.

Al llegar a Corrientes y Libertador una patota los quiso asaltar. Los tres corrieron y cruzaron la avenida con los de la patota atrás. Eduardo Sukiassian atropelló a Kevin con su auto.

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En la esquina de Libertador y Sturitza una estrella amarilla recuerda hoy a Kevin. A una cuadra de distancia, en Libertador y Corrientes, otra estrella rinde homenaje a Paolo Mellano, que el 21 de septiembre de 2003 murió atropellado por un hombre que venía corriendo una picada y que hasta había tomado la precaución de colocarse un casco.

Estas dos estrellas fueron de las precursoras de la Campaña de concientización Estrellas Amarillas que consiste en instalar este símbolo – ya sea de forma vertical con un cartel o pintada en el pavimento – en los sitios en donde se produjo un hecho de tránsito que ocasionó una víctima fatal.

Cada vez que se coloca una nueva estrella se organiza una jornada de concientización en la que participan autoridades y público en general en la que se presentan videos y ejemplos de la vida cotidiana con el fin de promover el respeto por las normas de tránsito.

A lo largo del país ya hay cerca de diez mil estrellas en homenaje a distintas víctimas de tránsito y en la Ciudad de Buenos Aires son cerca de 40 aunque seguirían sumándose.

Las estadísticas publicadas por la Asociación Civil Luchemos por la Vida denotan que entre 1996 y 2010, el total de muertos en accidentes de tránsito ha variado entre siete mil y ocho mil por año. Es decir que en 14 años no se han tomado medidas significativas para combatir esta problemática a nivel nacional.

“Las estrellas representan a un ser querido y la idea es que la gente se pregunte qué debe hacer para no ser una estrella más. En la mayoría de los casos las víctimas respetaban las normas pero en otros no. La estrella es un llamado de atención para quienes transiten el lugar, para que adviertan su peligrosidad y que se tome conciencia de la gravedad de este flagelo social”, explica la madre de Paolo, Teresa Mellano, impulsora de la campaña e integrante de la Asociación Red Nacional de Familiares de Víctimas de Tránsito.

Mellano agregó que esta medida incentiva la educación y la memoria y permite trabajar en la prevención y la concientización despertando un fuerte valor pedagógico y ayudando a la construcción de las memorias colectivas.

El proyecto es impulsado por familiares de víctimas, ONG`s y agrupaciones sin ningún tipo de subsidio estatal. Es un trabajo grupal que se está expandiendo a nivel nacional y que ha encontrado apoyo de los distintos gobiernos a lo largo del país.

Teresa Mellano y Vivian Sedano, Presidenta de Madres del dolor y madre de Kevin, son dos de las tantas madres que tras la muerte de sus hijos han dedicado una parte importante de sus vidas a evitar que otras familias pasen por su lugar.

Según Vivian Sedano la estrella fue por consenso el símbolo elegido para representar a las víctimas de tránsito. Y se optó por el color amarillo porque es el que representa a la seguridad vial.

Las víctimas homenajeadas no se eligen sino que son los mismos familiares los que solicitan que se coloque una estrella en su representación. “La única estrella que decidimos colocar sin hablar con los padres fue la de Facundo Serrato García. Un colectivo los atropelló a él y a su mamá en Scalabrini Ortiz y Honduras. Lo hice en su homenaje mientras su mamá se reponía y es algo que su papá siempre me agradece”, admitió Vivian Sedano.

La falta de difusión

Un problema que surge de la campaña es la falta de difusión de la misma. Pocos han siquiera notado la presencia de las estrellas y son menos aún los que saben qué representan.

Solo en la Ciudad de Buenos Aires la estrella tiene una pequeña insignia que aclara en homenaje a una víctima de tránsito que pocas personas notan o alcanzan a leer. Un pedido en el que está insistiendo este grupo de familiares y ONG`s es que se agregue en los carteles el nombre de la víctima y la fecha en la que perdió su vida.

Teresa Mellano explica que la difusión se ha dado a lo largo del país con muchísimo empeño de los familiares recalcando la memoria a través de campañas de educación y de prevención y colaborando con la difusión por redes sociales, revistas y medios locales. Por otra parte, destaca que lo que falta es que todo aquel que participe de la campaña a nivel provincial o nacional trabaje en conjunto.

Vivian Sedano señala que al ver la estrella el ciudadano debería pensar inmediatamente en que alguien como él perdió su vida en ese mismo lugar y que por lo tanto debería respetar las normas viales. En la Legislatura porteña se presentó un proyecto para convertir las estrellas en una señal de tránsito. De esta manera, el mensaje sería claro y se profundizaría su difusión.

La campaña a nivel nacional

Tras su lanzamiento en Vicente López, distintas ONG`s, asociaciones y familiares y amigos de víctimas de tránsito participan de la campaña que se ha ido expandiendo a nivel nacional. Con ciertos matices, el mensaje es siempre el mismo: no coloque una estrella más al cielo.

En 2009 la Asociación Red Nacional de Familiares de Víctimas de Tránsito firmó un convenio con Julio Ambrosio -como representante de la Fundación Laura Cristina Ambrosio Batissel de Córdoba - para trabajar en conjunto y que se aplicara la campaña en su provincia. Sin embargo, la Fundación cordobesa no solo desarrolló la campaña en su provincia sino que comenzó a trabajar también a nivel nacional.

La primera estrella en una Ruta Nacional se pintó en la localidad cordobesa Los Condores. Ambrosio expresó que la Fundación lleva pintadas más de 4000 estrellas en las rutas y más de 6000 en los centros urbanos.

“No es nuestra tarea reemplazar al Estado sino la de exigirle que cumpla con sus obligaciones. Porque estamos convencidos de que el Estado tiene una responsabilidad imprescriptible respecto de nuestro derecho a la reparación como víctimas y a colaborar para la creación de conciencias ciudadanas para evitar los hechos de tránsito o delitos de tránsito, que en su mayoría son evitables”, explicó Ambrosio.

(*) Especial para Perfil.com