Cuándo: ayer, 11.30. Dónde: en la puerta del departamento que Diego Maradona y Claudia Villafañe solían compartir. Compañía: Giannina Maradona, Benjamín Agüero –nieto del ex DT de la Selección– y la madre de Claudia, Ana María Elia, que hace poco más de un mes perdió a su marido, “Coco” Villafañe. Ausentes: Verónica Ojeda, la actual pareja del Diez. Allí, LIBRE fue testigo de un emocionante y largo abrazo.
Reencuentro. Desde que bajó del avión que lo traía de Emiratos Árabes el domingo por la noche, Maradona fue perseguido por los flashes de los fotógrafos. Pero nadie había logrado retratarlo junto a su ex esposa, pese a que ella asistió al entierro de doña Tota.
¿Dónde estaba Verónica cuando Diego y Claudia se abrazaban en la esquina del edificio que compartieron hasta que se separaron? A seis cuadras de allí, una hora antes, Diego Maradona, su padre don Diego y Verónica habían regresado del entierro a la casa donde vivía doña Tota en la camioneta Honda CR-V blanca que los transportaba. Cuando estacionaron en la casa de la calle Cantilo, Diego le dio una mano a
su padre para bajar del vehículo y ayudarlo a entrar a la casa. Mientras caminaban hasta la puerta, LIBRE intentó hablar con él, que mantuvo su postura: “Por favor, respeten el silencio”.
Despedida. Minutos después, en la misma camioneta blanca, Verónica y Diego se dirigieron al edificio donde vive Claudia con sus hijas y su madre. La actual pareja siguió viaje. El Diez iba fumando un habano y, apenas pisó la vereda, un automovilista que pasaba bajó de un Volkswagen Golf verde y se estrecharon en un afectuoso abrazo. Luego ingresó en el edificio, donde lo esperaban con las puertas abiertas.
Cuarenta minutos más tarde, el portero del edificio salió con dos valijas Louis Vuitton y las cargó en la camioneta BMW negra de Claudia: Giannina ya tenía programado un viaje a Europa para visitar al “Kun” Agüero, padre de su hijo, Benjamín. Dos minutos más tarde, Maradona salió de su antiguo departamento junto a Claudia, Giannina, Benjamín, Fernando Molina (ex novio de Dalma) y la mamá de Claudia. Benjamín, desde la inocencia de sus dos añitos, no comprendía la tristeza de su abuelo, que lo abrazaba y le decía lo mucho que lo quería. “Te amo mucho”, le dijo el mejor jugador de fútbol de la historia, entre lágrimas.
La extensión del abrazo que le dio a su nieto solo fue superada por el que le dio a su ex esposa. El SILENCIO se apoderó de la situación y todos contemplaban cómo, a pesar de todas las diferencias y el dolor, Diego y Claudia volvían a demostrarse cuánto se quieren.
(*) De la redacción de Diario LIBRE.
