Desde hoy, 1 de septiembre, la revista Caras lanzará la colección Chick Lit, una serie de 12 libros escritos por las autoras de este fenómeno literario (literatura para chicas), que se convirtió en el género más importante del país y del extranjero. Los libros de la colección, que se entregarán en forma opcional junto a la revista, recopilan historias de mujeres que rondan los 30 años, son p rofesionales urbanas, independientes, solteras, tienen un gran poder adquisitivo y una vida que no gira alrededor de los hombres.
Para conciliar el sueño, en vez de contar ovejas, Isabel enumera platos de comida; los mismos que devuelve cuando se siente gorda y angustiada. Laura apenas duerme: su trabajo como abogada top, no le deja tiempo para descansar, menos para sostener una pareja. Algo similar le ocurre a Julia que, tras separarse de su novio, termina en el destino inevitable: la casa de su madre donde, para su horror, la espera su habitación de soltera intacta. ¿Quién la salva? La entrañable Bárbara, su mejor amiga, con la que emprende una suerte de "road trip" bonaerense como dos "Thelma y Louise" del subdesarrollo.
Isabel, Laura, Julia y Bárbara son algunas de las protagonistas de este fenómeno literario bautizado "chick lit", un subgénero de la literatura femenina, que en nada remite a las novelas rosas de Corín Tellado y que, al igual que las versiones anglosajonas de "chick lit", las antiheroínas locales destacan la amistad como es un factor fundamental.
En efecto, las amigas "de ficción" de estas antiheroínas no sólo van de compras con ellas, también están dispuestas a saquear un local de ropa si es necesario. Tampoco hay que olvidar al omnipresente "amigo gay", un personaje que crece en protagonismo a medida que la sociedad lo hace en tolerancia. Al igual que en "Sex and the City" y "El diario de Bridget Jones", ellos (porque por ahora la amiga lesbiana no existe) operan como la voz de la conciencia.
Y si hoy, más que nunca, la amistad crece en el ranking de prioridades femeninas, en esta literatura femenina la búsqueda del príncipe azul parece en franca decadencia. Y como el amor ya no es lo mismo, el sexo tampoco lo es. Al igual que sus congéneres de la vida real, las protagonistas de este subgénero no tienen pruritos en mantener relaciones sexuales casuales y no se manejan con reglas prefijadas.
La nota completa, en la última edición de la Revista Noticias.