Compartían sólo una amistad hasta antes de conocer que Ignacio, era en realidad Guido Carlotto, el nieto recuperado número 114. Hoy saben que además de esto, los une una historia en común. Juan Weisz es hijo de desaparecidos y vive en Olavarría, la misma ciudad en la que Ignacio desarrolló su vida hasta ahora. En la conferencia de prensa que dio el viernes en la sede de Abuelas Hurban mencionó a Juan y contó que “quizás en la sangre, en la genética, en la energía, en algún lugar” hay algo que hace “que uno vaya buscando naturalmente la verdad de la manera que puede, y ésa por ahí fue una de las maneras, acercándome a él”.
“Me parece que ahora es importante darle tiempo para que elabore todo lo que le esta pasando. Vivo este momento como muchos, con una gran alegría”, dice Juan Weisz en diálogo con PERFIL.
Weisz tiene un espacio de interacción cultural que se llama Librería Insurgente, donde se dictan talleres y se realizan actividades artísticas. Allí fue Ignacio a tocar muchas veces con su grupo de música y amigos. Al recordar esas noches compartidas entre ambos, Weisz reflexiona: “Todo esto que ahora sabemos, además de felicidad me llena de preguntas por haber compartido momentos de vida con él; pero también me despierta preguntas como la de cuántos “Ignacios” hay por ahí, con los que compartimos una cerveza o miramos un espectáculo e inevitablemente pienso en la importancia de la lucha de Abuelas”, sostiene.
Weisz resalta y agradece la lucha constante de las Abuelas. “Tras 37 años siguen peleándola y es fundamental mantener esa lucha que enfrentamos a diario sin bajar los brazos. Es importante hacernos cargo de nuestra historia y buscarnos a nosotros mismos”, finaliza.