Sin dejar huellas, o al menos aparentemente, los que quieren ser infieles o simplemente coquetear cuentan desde hace tiempo con los aportes de la tecnología. Entre los sitios de “aventuras amorosas” más visitados, SecondLove.com reveló que tanto los hombres como las mujeres argentinos son los más activos de Latinoamérica en el uso de la red social, superando a los habitantes de Brasil, que es el país con más usuarios de la región y dejando atrás ampliamente a México y Chile (ver aparte).
Pero a los mentirosos les llegó su hora final, ya que están en alza las aplicaciones móviles que convierten el celular en un detective privado virtual para “capturar” a los tramposos y tramposas.
“La infidelidad puede ser sólo virtual y también real. Pero en ambos casos es racional; no fue algo casual, hay una selección en un catálogo abierto donde eligen con quién hablar o vincularse. Lo que no deben olvidar es que todo queda registrado”, dice el sexólogo y psiquiatra Walter Ghedin. En sintonía, Mariano Feuer, director creativo de @EsViral, una consultora especializada en redes sociales, acota: “El silbido de un albañil en la calle quedaba en el olvido, hoy que te piropeen en tu muro de Facebook puede generar sospechas de engaño. Todo lo que hagamos podrá ser descubierto”.
Lejos de perder el tiempo, crecen los usuarios que descargan aplicaciones para “cazar infieles”.
“Ahora mi marido no me podrá ocultar adónde va ni qué hace con sus amigos”, dice Florencia C. en los comentarios de calificación de una app. Sobre este fenómeno, Feuer confirma que “la privacidad dejó de ser algo privado. Nos vigilamos por residuos del pasado. No es que seamos más infieles por la tecnología, ahora tenemos más probabilidades de conocer gente que en la época de nuestros abuelos. Y la institución de la pareja se ve afectada por ello. No hace falta tener una aplicación específica, la clave es la comunicación que podemos tener con ellas y el resto del mundo”, explica, al tiempo que reconoce que la oferta de aplicaciones “anti-cuernos” es amplia.
Set detective. En pocos minutos y sin mucho dinero se puede monitorear, controlar y hasta conocer la ubicación geográfica de las personas para evitar casos de infidelidad. Para los principiantes, pueden utilizar las app “Find my iPhone” para Apple o “Android Device Manager”, que son de geolocalización, es decir, permitirán saber dónde se encuentra él o ella (o su celular). Se instalan en el teléfono a investigar y luego se rastrea la ubicación desde cualquier otro dispositivo.
En el caso de los que prefieren investigar con programas más específicos, existen los que registran cada tipeo del teclado, que facilitan la obtención de claves de e-mails y otros clasificados, como “keylogger”. A su vez, para poder conocer todos los mensajes, fotos y videos que circulan por WhatsApp (Line e Instagram también) existe una herramienta llamada Recover Messages, que permite recuperar los mensajes borrados, y una vez instalada, garantiza la recuperación del 100% de ellos. Muchos de estos programas son gratuitos y algunos otros son pagos.
Incluso al ingresar en el buscador de Google “espiar pareja” o “software espía” surgirán detalles de todo tipo de opciones para utilizar en PC, iPhone y Android, entre otros.
Entre el abanico de opciones para terminar con las intrigas de si existe un tercero en discordia se puede citar también la oferta de kits para monitorear con cámara web los movimientos de la casa.
Se llama Flexispy y ofrece filmar y enviar esas imágenes al teléfono móvil. La operatoria es sencilla, se activa la cámara web de la PC y todo se replicará en segundos al smartphone.
Legal. La aplicación Qoqoriqo –que funciona en Europa y en ciertos países de Latinoamérica– invita a introducir el número de teléfono móvil y la dirección de correo electrónico de la persona que se desea saber si está siendo infiel. En minutos buscará si realizó contactos con otras personas en las redes sociales o por mensaje de texto y lo notificará.
El año pasado, por primera vez, una mexicana utilizó como prueba los registros de esta aplicación en contra de su esposo para quedarse con la tenencia de sus hijos. Sin embargo, en Argentina esto no podría ser posible, ya que se estaría demostrando que se violó el derecho a la intimidad, expresada en el artículo 19 de la Constitución Nacional.
Argentinos, buscadores de amantes
Hay sitios web, programas y redes amorosas, aunque cualquier medio puede tentar a los que buscan una aventura. En el caso de la web Second Love, sólo en Argentina tiene 154.869 usuarios registrados y suma 10 mil nuevos cada mes. El holandés Erik Drost (46) es el creador de Second Love y en diálogo con PERFIL cuenta que ya hace más de un año que Argentina es el país de Latinoamérica en donde más porcentaje de mujeres inscriptas hay. La edad promedio de los usuarios es de entre 26 y 55 años. Además, los argentinos figuran en el tercer puesto del ranking de países con mayor cantidad de buscadores de amantes. Más del 54% reveló que está casado hace más de diez años, y más del 60% tiene hijos. La mayoría de los usuarios respondió que en su círculo íntimo de amistades el 50% ha cometido una infidelidad. “Según encuestas a nivel local, los hombres buscan más que nada concretar una fantasía. En cambio, las mujeres buscan atraer la atención de otra persona”, explica Drost.