Jorge Bergoglio, el cardenal que se convirtió en el Papa Francisco, se despertaba a las 4.30 de la madrugada y se ponía a rezar. A las 7 comenzaba a leer los diarios hasta el mediodía cuando comenzaba la misa. Después recibía a distintos obispos en su despacho, en el tercer piso de la Catedral Motropolitana, donde vivía.
Una persona sencilla y austera, o directamente "el enemigo de la fama". Así lo describieron las máximas autoridades del Arzobispado de Buenos Aires que, emocionados por la noticia, dialogaron con Perfil.com apenas unas horas después de que la fumata blanca le dijera al mundo que hay un nuevo papa, pero no cualquier papa, uno argentino.
Eduardo García es el Pro-Vicario General del Arzobispado de Buenos Aires y desde hace diez años que vive en la Catedral Metropolitana con Bergoglio. "Se fue el martes pasado con su clásico maletín negro y un sobretodo oscuro. Se fue con la idea de volver”, le contó emocionado a este portal porque "aunque en el corazón estaba la posibilidad, es algo que uno nunca espera por la cercanía que tengo con él".
García lo describió a Bergoglio con pocas palabras: "Cuando se iba a Roma no llegaba con la vestimenta de Cardenal, se ponía un sobre todo para pasar inadvertido". Además, contó que Bergoglio no se manejaba con secretarios y viajaba habitualmente en transporte público.
Un Papa misionero. El perfil de Jorge Bergoglio se contrapone con el de su antecesor Joseph Ratzinger ya que "tiene un estilo más pastoral que intelectual. No es de dar grandes discursos sino de desarrollar una labor más humana, más cara a cara", esbozó Joaquín Sacunza, Vicario General del Arzobispado de Buenos Aires.
Por su forma de ejercer en Buenos Aires, todo haría indicar que Francisco sería un "papa viajero". Sin embargo, García asegura que "a Jorge no le gusta mucho viajar, pero sí desarrollaba muchas tareas pastorales, siempre bien cerca de la gente necesitada".
La persona que reemplazó a Bergoglio en la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina es José María Arancedo que hoy le escribió una carta al nuevo Papa en la que manifestó una "inmensa alegría", primero por tener Papa y después porque es Bergoglio.
Incertidumbre nacional. En diálogo con este portal, Arancedo, Sucunza y García -tres de las máximas autoridades de la Iglesia Católica en Argentina- manifestaron que "desconocen" qué cosas van a cambiar en nuestro país con Bergoglio como Sumo Pontífice, pero aseguran que si hay un cambio "será para bien".
(*) De la redacción de Perfil.com