Para el diseñador gráfico y calígrafo argentino José María Passalacqua, no hay límites a la hora de crear: con pulso firme, él es quien dibuja los logotipos y diseña la caligrafía protocolar de firmas como Chanel, Armani, Prada, Louis Vuitton, Balenciaga y Gucci, entre otras, que lo contratan para que dé vida con sus letras a invitaciones personalísimas a eventos a los que asisten Madonna y celebridades de ese calibre; carteles de ubicación de invitados, menúes de fiesta y más. “En eventos de esa categoría, se busca el lujo con una terminación a mano”, dice a PERFIL este argentino radicado en España, que trabaja como calígrafo hace 14 años. Hijo de ingenieros civiles, “que firmaban sus planos con letras espectaculares”, se graduó de la carrera de diseño gráfico en la Universidad de Palermo y luego trabajó para distintas empresas en el país, hasta que encontró en Europa la posibilidad de establecerse y dedicarse al arte de la escritura artesanal. Allí también da clases en el Instituto Europeo de Diseño. “Hay una tendencia a volver a trabajar a mano, y tiene que ver con que la gente está cansada de las cosas hechas en serie. Las redes sociales tienen un efecto muy grande en todo esto: hay una forma de expresarse”, indica. “Uno queda verdaderamente seducido por la caligrafía bien hecha, porque tiene ese punto poético de la escritura a mano que todos tuvimos en algún momento, y lo fuimos perdiendo. Cuando hay alguien respirando detrás de lo que está escrito, un trazo mal hecho o una pequeña arruga puede tener más vida que algo perfecto”, señala.