Mientras en las portadas de las
revistas internacionales para hombres
las chicas dan la cara, en las
ediciones vernáculas muestran todo
el esplendor de sus retaguardias.
Norberto Chab, el director de la revista
Hombre
, tiene la respuesta a esta gran diferencia:
"llaman más la atención".
Parece que
a los argentinos no hay nada que les guste más que una buena cola. Y las
argentinas, agraciadas como pocas,
no tienen problemas en mostrarse.
Tanto es así, que el lema de la revista para este año es "
los siete del 07". "
Ya vamos por nueve tapas y no hay ni una chica de frente. Terminar el año así, para
nosotros, es cabalístico"; señala Chab.
Hay un dato que es irreprochable: las
modelos y vedettes que saltaron a la fama en los últimos tiempos son flacas,
gorditas, altas, raquíticas, morochas, rubias, naturales o plasticas,
pero tienen algo en común: muy buenas colas.
Y si bien este
culto por la cola femenina se hizo más evidente en los últimos tiempos, es una
tendencia que se gestó hace algún tiempo. Quién no se acuerda de
Adriana Brodsky –con el "Manosanta"
Alberto Olmedo-, de la
tanguita de
Noemí Alan
,
o de
Patricia Sarán cambiándose en el ascensor...