Desde Gualeguaychú La “misa ricotera” tuvo ayer un nuevo escenario en Gualeguaychú, hasta donde llegaron miles de fanáticos movilizados por el ritual que se genera en torno a cada show del Indio Solari. Al cierre de esta edición, se calculaba que más de 150 mil personas esperaban por el inicio del recital. Sin embargo, la movida había empezado horas antes, con la peregrinación de autos que colmaron desde el viernes la Ruta 14, y todos los accesos a la ciudad, que tiene unos 80 mil habitantes.
Desde entonces, las calles atestadas de gente, los celulares sin señal y los negocios cerrados, que cedieron su lugar a los vendedores ambulantes, fueron algunas de las postales que se vivieron durante la previa del recital. Como nunca antes, Gualeguaychú vivió días y noches impactantes, por la enorme movida ricotera que llegó desde distintos puntos del país, incluso desde Uruguay y Paraguay.
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El Parque Unzué, en la costanera, fue el lugar elegido por unos mil mochileros, mientras que otros alquilaron casas de familias, habitaciones de hoteles, o se resignaron a quedarse en alguna localidad vecina.
Ya desde el viernes, la música del Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado –que presentaron ayer su cuarto disco– sonaba en toda la ciudad, con las pruebas de sonido y los ensayos del artista que se escuchaban en un radio de 25 kilómetros.
Allí también se sumaron a las interminables ofertas de merchandising, al fernet y los choripanes, las promotoras del próximo Carnaval, y los integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental Gualeguaychú, que repartieron volantes de la lucha contra Botnia-UPM.
Los rumores que en cada presentación circulan acerca de la posiblidad de que se trate del último show de la carrera del artista no sólo alimentan la mística a su alrededor, sino que convocan cada vez más asistentes. El año pasado se estrenó el documental independiente Piedra que late, donde los realizadores buscaron explicar el fenómeno con testimonios de los fanáticos. Por su parte, Pablo Cillo, filósofo, escribió un libro de 500 páginas que tituló Filosofía ricotera, como otro ejemplo que intenta develar el fenómeno del Indio y sus canciones.
Sin embargo, este año también se escucharon algunos reclamos vecinales. La ciudad fue vallada y el Barrio Sur quedó prácticamente aislado, con la zona de exclusión que contempló una “manga” para que el público caminara desde el río hasta la puerta del hipódromo. Aníbal Fernández, el dirigente político ricotero más famoso, disfrutó la noche del viernes en la terraza del hotel Aguay mientras miraba el río; y en la mañana del sábado, se lo vio caminar entre la multitud, como un ricotero más
