La movida tropical se convirtió parte de la vida de todos los sectores de la sociedad argentina. La cumbia dejó de ser considerada como un fenómeno fuera de lo común o una moda pasajera. Se trata de un movimiento cultural que mueve cada vez más dinero, está a la cabeza de las ventas de CD “truchos” y sus melodías se bajan de a millones en forma de ringtones.
La cumbia irrumpió en la Argentina en la década del 90 y pronto se bailó en discotecas y fiestas de la alta sociedad, al tiempo que el negocio crecía vertiginosamente.
Pulposas vedettes han surgido del "semillero" de la movida tropical, aunque algunas busquen mostrar que nacieron desfilando con plumas. Marixa Bali, Evangelina Anderson, Mariana de Melo, Fernanda Vives y Nazarena Velez ganaron fama meneándose al ritmo de la cumbia. Así como sucedio con Ileana Calabró en su Bum Bum, ahora Wanda Nara pasó a formar parte de Magenta, de los hermanos Jorge y Norberto Kirovsky, los principales empresarios de la bailanta en Buenos Aires: además del sello discográfico, tienen radios, programas de tevé y boliches, informó el diario PERFIL.
Los ejemplos de la adopción de la música tropical para llegar a todos los públicos sobran. La nueva campaña para difundir la utilización de preservativos que lanzó el Ministerio de Salud utiliza el pegadizo tema " La Cumbia del Triki Triki" para tratar de difundir su mensaje abarcando a toda la sociedad, algo que ni el rock ni el tango podrían lograr.
El conductor Dady Brieva, todas las mañanas, utiliza como cortina de presentación un tema de Las Palmeras. Bandas como Agrupación Marylin, Grupo Estilo y El Gran Ra Mc lideran el ranking de los ringtones más bajados de Toing y Ubbi Tonos. En los casamientos de todas las clases sociales, la cumbia es infaltable. Si la que se casa en una "chica bien", uno de los grupos más contratados es Néstor en Bloque.
El precursor a la hora de llevar a la cumbia a lugares "chetos" fue Ricky Maravilla. “Los Auténticos Decadentes cantaban mi tema El hombre gato y una vez nos contrataron para hacer un recital en Bulldog, un boliche muy de onda en esa época. Ahora pienso que por ahí los dueños querían reírse de mí”, dice el salteño.
Conoció la fama preguntando “qué tendrá el petiso” y cruzó las fronteras tropicales gracias a las dos divas de la tevé: “Después de que Susana Giménez y Mirtha Legrand me invitaran a sus programas, me empezaron a llamar para tocar en desfiles de Punta del Este y de ahí me fui a Miami y Los Ángeles. Jamás me hubiera imaginado que mi música iba a llegar tan lejos y, menos, que los mismos que en un principio nos tildaban peyorativamente, me iban a terminar contratando. Era raro ver a la señora de Noble o a Amalita Fortabat bailando Cuidado con la bombachita, pero ya me acostumbré”.
Los boliches tropicales convocan, sólo en Buenos Aires, un promedio de 3.000 personas por noche. En el ranking quincenal de venta al público de la Cámara de la Industria Argentina de la Música (CAPIF), no aparece ni un solo grupo de cumbia o cuarteto. La explicación es simple: los CD truchos.
“Antes, la gente pensaba que la movida era un patio con lucesitas de colores, pero nunca lo fue. Ahora hay grupos como Nueva Luna, que llenan el Luna Park, y muchos ven el negocio. ¿Cuántas chicas están haciendo cumbias para que sean el hit del verano?”, pregunta la Tota Santillán, uno de los personajes más queridos del ambiente, y la respuesta está a la vista.