Algunos vecinos dicen que ella le devolvió la alegría al barrio Obligado. En este rincón de Bella Vista, donde los perros andan sueltos y las veredas son anchas con verde pasto, todos hablan de Rocío Oliva como la joven humilde que un día hizo lo que ninguna pudo: enamoró al hombre más famoso del planeta.
La noticia de que esta joven de 22 años es la nueva novia de Diego Maradona modificó por completo su vida. Y la de su familia, claro. Lo sabe muy bien su madre, Mónica Islas, la nueva suegra del 10, quien vive con mucha felicidad la buena nueva.
Esta mujer de 43, diez años menor que Claudia Villafañe, mantiene a rajatabla una orden: de Maradona no se habla. Mónica no puede decir ni una sola palabra de su romance. Y ella lo cumple: por estos días vive algo guardada en su casa. Apenas sale para llevar al jardín a Luciano, su otro hijo, de cuatro años, o para hacer algún mandado.