Paisajes de cemento y parquizados; actividades para adultos y niños; vida política, religiosa y cultural: la oferta de La Plata es amplia y permite, con un presupuesto acotado, satisfacer los gustos de la familia. Para comenzar, la ciudad de las diagonales, esta localidad que por sus universidades bulle con población joven de todo el país, recibe y sorprende con su trazado impecable. Andar por sus calles anchas (identificadas con números, no con nombres) casi no precisa de mapa. Con meditada lógica, esta ciudad fue fundada por Dardo Rocha en 1882, cuando colocó la piedra fundacional para la concreción de los planos del ingeniero argentino Pedro Benoit. Hoy, en verano, se agradecen especialmente los descansos arbolados en las plazas distribuidas cada seis cuadras.
Para arrancar un circuito turístico, conviene no demorar la llegada al punto céntrico: la Plaza Moreno, con el edificio de la Municipalidad en un extremo, y la Catedral, en el otro. Pocos lugares como ese transmiten tanta sensación de amplitud. En las cercanías de este núcleo fundacional, llaman la atención imponentes edificios: la Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, la Legislatura Provincial, el Teatro Argentino, el Palacio Municipal.