Primero lo miran raro. Lo dan vueltas, observan la bombilla y huelen la yerba. Cuando les explican qué es y cómo se prepara un mate, lo intentan con sus propias manos, tímidos y desconcertados. Luego, lo prueban, y comienza un pequeño show de caras y expresiones que quieren decir que tiene un sabor "amargo", "fuerte" y sobre todo, "caliente".
La experiencia de los extranjeros que visitan Argentina con el mate es, al menos para los ojos locales, muy graciosa. Sólo basta observar sus caras de desconcierto y desconfianza, cuando un argentino los quiere iniciar en la práctica, que más que una infusión, es todo un rito social y cultural.
Algunos se ríen al ver a sus compañeros poner cara de "no me gusta", otras hacen jueguitos con la bombilla, sin encontrarle "la vuelta" a la cuestión. Mientras uno ceba un mate y lo hace rebalsar, otro quiere agitar la yerba en el mate y sospecha del polvillo que le quedó en la mano. La mayoría, duda de compartirlo. Pero entienden que de eso se trata, aunque no les agrade chupar del mismo "palito" donde lo hace el vecino.
Perfil.com se reunió con un grupo de 10 jóvenes extranjeros que llegaron en enero al país por primera vez. Y los citó en un mate bar de Palermo. Vea el video con las insólitas reacciones que tuvieron al degustar el mate argentino.
(*) De la redacción de Perfil.com.