Hilario Bacca, más conocido en los medios de comunicación como el nieto recuperado número 95, vio en diciembre como su sueño se acercó a convertirse en realidad cuando el Tribunal Oral Federal Nro. 4 falló a su favor y lo autorizó a seguir usando el nombre que le dieron sus padres adoptivos, el que usa desde hace 39 años.
En contacto telefónico con PERFIL, explicó cómo vivió el momento en el que fue notificado del fallo, que todavía no está firme: "Lo que me implica a mí como ser humano es tener la sensación de haber sido escuchado como sujeto y tratarme como ser humano y no como victima, que me cosifica". Hilario agradeció "haber encontrado un tribunal que se dio la posibilidad de escucharme y legitimarme como sujeto de derechos".
"Sacado este fallo inédito obviamente que me pone feliz. No es una guerra ni una batalla ganada, es una cuestión solo de generar un derecho que no cabía la posibilidad de gestionar", manifestó. Y agregó: "Bajo el lema de buscar la verdad es mucho lo que uno perdía, ni hablar de los juicios a nuestros padres de crianza, exposición pública y el apellido, que es lo que más se cuestionaba".
Hilario especificó que el hecho de querer conservar el nombre con el que vivió toda su vida no es negar lo que le ocurrió a sus padres biológicos, sino la forma en la que él elige vivir este proceso: "No es un repudio al nombre, no es un rechazo, no es una negación. Mi historia es mi historia, yo la sé con bastante lujo de detalles lamentablemente. Lo único que quería era llegar a una instancia de tener un poquito de derehco para ver como me es más fácil vivirlo. Si entre todas las pérdidas, más los atropellos judiciales, con el allanamiento, con las idas y vueltas y la politización de los derechos humanos, me sacaban lo más genuino que tengo que es a Hilairo Bacca, era una despersonalización terrible".
Sobre la decisión del TOF 4 precisó que "es un fallo que va más allá que la particularidad del nombre, si llegara a quedar firme es generador de derechos que es lo que a mi me interesa". Consultado si el precedente que supuso la sentencia de la Justicia podría sentar un precedente para que otros nietos, que tienen miedo a las posibles consecuencias de dar a conocer su identidad, aparezcan, consideró: "Es un granito de arena, un pequeño logro con el que se pueden generar derechos por todos los que vienen, con más derechos pueden aparecer más".
En cuanto a la oposición firme de Abuelas de Plaza de Mayo sobre su decisión de conservar su apellido adoptivo, indicó: "Para la entidad era un delirio mío, un capricho. La lectura de la institución lamentablemente es que yo era un opositor y la verdad es que no. Para mi es súper loable la lucha que han tenido durante un montón de años. La única crítica constructiva que he intentado hacer cuando trabajé con ellas es que me parece que no se aggiornaron y no hubo en 40 años un momento de introspección para repensar el modo de ver cómo seguimos viviendo y nos victimicen menos" tras conocer la verdadera identidad.
Por ello, se siente complacido ante el avance judicial tras 9 años de lucha: "El solo hecho de que un tribunal haya fallado a favor mío hizo sentirme menos loco de lo que me habían hecho sentir siempre. Me puso en un lugar de ser humano que no estaba y emocionalmente una gran alegría, mucha emoción no lo podía creer, no podía para de llorar, cosas muy fuertes sentí".
"Ojalá que sea el final y que quede como un precedente. El cese del delito que es lo que tiene que perseguir la institución se va provocar cuando se rompa la partida de nacimiento que efectivamente la vamos a romper", amplió. Al término del proceso judicial, se elaborará una nueva partida de nacimiento en la cual se va a hacer una anotación marginal por la que Federico Cagnola Pereyra (el nombre que le dio su madre biológica) seguirá llamándose Hilario Bacca.
Sobre esta cuestión, sentenció: "A nivel delito o a nivel interés de Abuelas y la sociedad y el orden público ya estaría todo absolutamente resuelto y cerrado. La única modificación es una cuestión personalísima mía que es el nombre".