Luego de cuatro años de ausencia, Buenos Aires volvió a abrir las puertas de su Salón Internacional del Automóvil, un evento de alto nivel que nuclea las novedades de los principales constructores e importadores radicados en el país. Aunque en realidad eso es un decir porque faltaron unas doce marcas, todas ellas importadas y afectadas en menor o mayor medida por las disposiciones restrictivas del Ministerio de Industria, que les aplicó licencias no automáticas y la obligación de exportar para compensar las importaciones.
Así y todo –y por supuesto a una escala inferior–, la muestra es una verdadera fiesta y nada tiene que envidiarle en la calidad del montaje a las grandes exposiciones automotrices del circuito grande, como París, Frankfurt o Ginebra, entre otras. Además, el de Buenos Aires es este año el salón del automóvil más importante del Mercosur, ya que San Pablo se realiza sólo los años pares, en alternancia con el local, que fue suspendido en 2009 por los alcances de la crisis mundial.
En el salón –que estará abierto en La Rural de Palermo hasta mañana, totalizando diez días de actividad– tienen sus stands una veintena de marcas entre autos de pasajeros y utilitarios, además de un sinfín de expositores satélite, como empresas de accesorios, lubricantes, tuning, prensa, etc. Aún antes del cierre oficial, puede decirse que la feria es un éxito, habiendo superado ampliamente el récord de visitantes de la última cita, en 2007. De hecho en los primeros cuatro días ya habían ingresado 240.000 personas. Los pasillos abarrotados de gente demuestran una vez más que Argentina es un país apasionado por el auto en cualquiera de sus expresiones.
En este informe, un repaso breve con las principales novedades y anuncios de cada marca, en un intento por cubrir al menos algunas de las 51 presentaciones para el mercado local.