Tan auténtico es todo lo que se plantea en la serie que, por momentos, parece difuminarse la línea entre la realidad y la ficción. Y mucho más cuando se compara la serie con casos concretos en la Justicia argentina.
Un fallo paradigmático de la Cámara del Crimen procesó a un psiquiatra por el delito de lesiones culposas porque durante once años de tratamiento nunca medicó a un paciente que lo necesitaba. Los magistrados entendieron que no se trató de forma correcta a esta persona, que sufría un trastorno obsesivo de la personalidad y que el profesional estuvo demasiado tiempo usando “ herramientas psicoterapéuticas excluyendo el necesario tratamiento psicofarmacológico”. Aunque la terapia duró más de una década, no se veían resultados ni mejoría.
Sin lugar a dudas uno de los debates más mediáticos giró en torno de Rubén Lescano, el psiquiatra que atendió a Juan Castro. El suicidio del periodista reavivó el debate acerca de la responsabilidad de los profesionales de la salud respecto al suicidio de sus pacientes