Las deficiencias en las instalaciones eléctricas son la causa del 90% de los incendios, y los errores más comunes que provocan que el fuego se desate son el uso de elementos no adecuados para la instalación realizada, sistemas eléctricos mal calculados, una demanda desmedida de energía sobre una red con menor capacidad que la utilizada y la contratación de electricistas sin formación técnica.
Además de las fallas en la estructura, el otro gran factor provocador de fuego son los errores humanos. Así, dejar las hornillas encendidas, la llave de gas abierta, tener fugas de gas no detectadas o dejar cigarrillos prendidos son situaciones frecuentes que suelen desencadenar las llamas.
"La gente no es consciente de lo rápido que se propagan los incendios", explicó Rubén Gueler, especialista en higiene y seguridad, a partir de los datos arrojados por un informe de Coniseht, firma especializada en seguridad del trabajo. La mayoría de los incendios son evitables, aseguró, y enumeró algunos consejos claves para evitar accidentes.
Para poder bajar el riesgo, Gueler recomienda realizar las instalaciones eléctricas con técnicos especializados, utilizar materiales para la construcción que contengan aislantes o recubrimientos protectores, realizar controles y auditorias periódicamente, chequear los matafuegos con empresas certificadas, entrenar al personal con capacitaciones y simulacros y mantener aislado todo tipo de producto combustible, como la nafta, los limpiadores, y los solventes por ejemplo.
Un tablero eléctrico en malas condiciones también puede provocar el fuego. Las llaves térmicas sin contractores, los tableros sin protectores, la ausencia de un disyuntor diferencial y la falta de conexión a tierra son factores también habituales.
En cuanto a las instalaciones externas, en la ciudad de Buenos Aires se exige por ley controlar las jabalinas, aunque un error muy común es que no se ponen disyuntores diferenciales en las líneas de instalación porque se supone que es difícil que haya una descarga a tierra.