SOCIEDAD
reclaman mejoras edilicias y rechazan cambios en el curriculo

“Las tomas de los colegios son cada vez más violentas”, dice la rectora del Acosta

Raquel Papalardo denuncia la actitud agresiva de los alumnos, que marcharon al Ministerio de Educación porteño. 12 escuelas tomadas.

Reclamos. Los estudiantes marcharon al Ministerio de Educación (arr.). Papalardo, en su despacho (izq.).
| Cedoc Perfil

La toma es muy violenta, antes nos había pasado que hubiera algunos episodios pero con un grupo muy radicalizado, no como esta vez, que sentimos completamente vulnerado nuestro derecho a trabajar. Y muchos pares sienten lo mismo”. Quien habla es  Raquel Papalardo, rectora del colegio Mariano Acosta, uno de los 14 secundarios que están tomados por los alumnos en la Ciudad de Buenos Aires, en reclamo de mejoras edilicias y en protesta de la aplicación del programa Nueva Escuela Secundaria (NESC).

En ese contexto, y a dos semanas de la toma, la rectora del Acosta sostiene que, además de más violenta, la toma –que admite fue votada en asamblea– la llevan adelante “no más de 35 chicos”. Y denuncia la presencia de adultos y sindicatos que los están manipulando.

“Como rectora me siento acosada, los alumnos me filman y graban cuando intento hablar con ellos. Las demandas existen pero los reclamos deben hacerse de otra manera”, sostiene.

Además de los alumnos, hay docentes que también se oponen a la reforma curricular que propone el gobierno porteño, tanto en el Acosta como en otros colegios, pero no por eso justifican las tomas. “El tema de la NESC es muy complejo, no se puede solucionar con una toma. Tienen que resolverlo los especialistas, pero no con los alumnos tomando la escuela”, opina Papalardo.

Desde la cartera de educación porteña, en tanto, si bien no se pronunciaron sobre las tomas, ayer confirmaron que dos escuelas levantaron las medidas: se trata del Normal 8 y el Juan B. Justo.

Marcha. Ayer, los estudiantes marcharon a las 15 horas desde el Ministerio de Educación nacional hasta el edificio de la sede porteña, para manifestarse y extenderle al ministro de Educación porteño Esteban Bullrich un petitorio, que, se quejaron, no les recibió.

“Llevamos días en lucha, y no tuvimos respuesta. No hay condiciones edilicias para que siga avanzando la reforma curricular”, sostuvo  Marina Ampuero, del Lengüitas, uno de los colegios en conflicto. Por su parte, Carla Piston, del Comercial 4, agregó que “el Gobierno, en vez de darle una respuesta a la crisis edilicia, amenaza con extender las clases”.  Y agregó que allí se suspendieron las clases “para impedir que hagamos una asamblea”.
Desde las agrupaciones estudiantes, además, criticaron que el candidato a jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, por defender la reforma educativa: “su implementación en capital recorta 140 orientaciones”, sostiene Tomás Colombres, del secundario Agustin Tosco.


Alumnos terminaron en coma alcohólico

“Me comunico con ustedes para ponerlos al tanto de una desafortunada circunstancia que hemos vivido en la madrugada del sábado pasado”. Con esas palabras, el rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, se dirigió a los padres de la comunidad educativa para alertarlos sobre un preocupante suceso ocurrido.
“En el marco de las actividades de intercambio que un colegio de Tierra del Fuego realizaba con el Nacional de Buenos Aires, un grupo de alumnos de tercer año de una escuela de Ushuaia llegó a la Ciudad. Todo transcurrió sin mayores novedades, hasta que los alumnos decidieron extender la fiesta de despedida que organizó el colegio. La fiesta fue en la casa de una de las  alumnas, con mucho alcohol y sin la presencia de adultos.

“Alrededor de las 5 de la madrugada, uno de nuestros alumnos se descompuso y uno de los visitantes cayó desmayado por la ingesta de alcohol de alta graduación. El joven terminó en el Hospital Ramos Mejía con un principio de coma alcohólico y estuvo inconsciente varias horas”, escribió Zorzoli en su misiva, donde se muestra “preocupado” y llama a “reflexionar” a las familias.

A su vez, sostiene que esa situación los obliga a “repensar nuestra política en torno a los intercambios estudiantiles”.