Argentina es uno de los países con más mascotas en el mundo: según estudios, ocho de cada diez habitantes tienen un animal doméstico, en su mayoría perros y gatos. Así, crecen cada vez más las opciones pet-friendly, que van de restaurantes y lugares de veraneo hasta el transporte, y también surgen nuevos servicios de cuidados, como los pet-sitters o “niñeros” de mascotas.
“El argentino es muy mascotero, acá hay muchos perros y gatos”, dice Pablo Gallego (26), que desde hace un año maneja Pet Sitters Buenos Aires, una de las primeras guarderías a domicilio, que cuida de forma personalizada a los animales cuando sus dueños se van de vacaciones. Así, los sitters hacen de niñeros, pero de animales: van a las casas para que no tengan que trasladarse y evitar que se estresen; juegan, pasean, les dan de comer y mandan fotos y videos a sus dueños para que sepan cómo están los animales durante su ausencia.
“La mayoría de nuestros clientes son extranjeros que viajan, porque en otros países es más común este tipo de servicio. Al principio empezamos con amigos y conocidos, y con la web y el Facebook se empezó a sumar más gente a partir de las recomendaciones que nos hacían, porque la clave acá es la confianza”, dice Gallego.
Es que los servicios de los sitters pueden ser por día, con paseos de hora y media a la mañana y a la tarde para los perros, y una o dos horas de compañía para los gatos, o hasta jornada completa, donde el paseador también se queda a dormir, con costos que van desde los $ 90 hasta los $ 330.
“En noviembre tuvimos un casamiento en San Luis, y como uno de los perros es chiquito y preferíamos que no se moviera de casa, una amiga nos recomendó a Misha para que viniera a cuidarlos, y nos encantó porque nos mandaba videos de todo lo que estaba haciendo, paseando y jugándoles a cada rato”, cuenta Sonia. Con su novio, Federico, Sonia contrató a Misha Gildenberger (32), de Roma - Guardería para Perros y Gatos, para que cuidara a sus dos pitbulls en su casa de Belgrano cuando tuvieron que viajar el último fin de semana largo de noviembre.
En su caso, empezó con su guardería Roma hace dos años, cuando conoció a una chica que lo hacía en Nueva York y cuidaba a todos los perros de una cuadra. “Me encantó la idea, sobre todo para gente con muchos animales, a la que una guardería le puede salir carísimo”, cuenta Gildenberger, que además es rescatista, enfermera veterinaria y adiestradora. Trabaja por zona norte y Capital, y por lo general se muda a la casa de los animales que cuida, con precios que van desde los $ 500 hasta paquetes por varios días.
“Muchos perros y gatos se estresan con los cambios; es mucho más beneficioso dejarlos en su casa. Ahora una chica se va tres semanas de vacaciones y me mudo a su casa a cuidarle el perrito. Mudarme o no depende de cada cliente; generalmente prefieren eso, porque algunos animales duermen acompañados, o tienen una rutina especial de paseo. Si no comen me ocupo de cocinarles, me adapto a la rutina del animal”, agrega. La confianza, comparte, es la clave.
Y si bien los perros son más demandantes, porque requieren de paseos, también hay sitters exclusivos de felinos. “Hace unos años pensé que nadie iba a pagar por esto, pero desde que empecé se sumó tanta gente que hice la página y ahora somos cinco personas”, cuenta por su parte Agata Cuperman (24), cat-sitter. También van a las casas, los cuidan, les dan de comer y acompañan durante una hora o dos por un costo de $ 200, mientras sus dueños viajan o están fuera. La época de las fiestas y las vacaciones son la temporada alta, cuando cuidan un promedio de cuatro a seis casas por semana: “Yo sola cuido a veinte gatos”, dice.