El 30 de diciembre de 2010, Gustavo Alpinotti recibió un disparo cuando intentó resistirse a un robo en su agencia de lotería, ubicada en el barrio de Barracas.
Tres delincuentes ingresaron al local, le mostraron armas y le exigieron el dinero que tenía. Pero al parecer el comerciante quiso defenderse y habría intentado sacar de abajo del mostrador un arma y uno de los ladrones le disparó a quemarropa. Luego escaparon sin concretar el robo y aún se encuentran en total libertad.
Hasta hoy Alpinotti sigue internado en el Hospital Británico, en el área de cuidados intensivos, donde está terminando de recuperarse clínicamente. Más tarde, será derivado para su rehabilitación. Los médicos recomiendan que para que pueda recuperarse, debido al tipo de lesión que presenta, debe ser atendido preferentemente en FLENI, Clínica del Parque, ULME o Basilea, pero el plan de salud del Hospital Británico no cubre esos centros y su familia no puede acceder a ellos, debido al enorme gasto que esto representa.
Por este motivo, los familiares de Gustavo comenzaron a buscar otras alternativas y a pedir ayuda externa.
En diciembre, se comunicaron con el Hospital Británico desde la Secretaría de Derechos Humanos, ofreciendo asistencia jurídica, psicológica y social, y que le pasaran el teléfono de los familiares de Gustavo. Su esposa se comunicó con ellos y les contó su problema. Entre una cosa y otra, problemas en el sistema, en los teléfonos, cambios de dirección, nunca les dieron la ayuda necesaria, ni siquiera una respuesta.
Luego la familia Alpinotti decidió comunicarse con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y el Ministerio de Salud de la Nación, pero tampoco obtuvieron asistencia de estas partes.
El 29 de enero le enviaron un mail a la Defensoría del Pueblo y les contestaron el 1 de febrero solicitando el certificado de discapacidad y ofreciendo enviar personal de Arquitectura para ver la forma de refaccionar la vivienda.
La esposa de Gustavo logró concertar una reunión con la secretaria del diputado Jorge Rivas, quién le consiguió acortar los tiempos del certificado de discapacidad.
Como si todo esto fuera poco, intentaron comunicarse con Mauricio Macri, Gabriela Michetti y Julio Cobos, a través de mails a sus blogs, también con el Centro de Atención a la Victima de Delitos CABA y, ya desesperados, enviaron cartas a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de las que aún no recibieron respuestas.
Recién esta semana, y gracias a la difusión que generó la familia Alpinotti a través del blog Una mano para mi papá, pudieron comunicarse con el Ministerio de Desarrollo Social, que va a abrir un expediente para que Gustavo puede llegar a alguno de los centros que necesita.
(*) Especial para Perfil.com