A 25 años de la Guerra de las Malvinas, la mayoría de los británicos creen que la ex primera ministra Margaret Thatcher envió sus tropas a la batalla por una causa justa que valió la pena.
Aunque las actitudes duras y el fervor nacionalista han mermado dramáticamente desde 1982, la firme respuesta de Thatcher a la “indignación” causada por la invasión argentina es colocada en una categoría completamente aparte de las actuales guerras en Irak y Afganistán, según varios analistas.
A pesar de que los británicos puedan tener una visión “nostálgica” de los acontecimientos ocurridos en el Atlántico Sur hace un cuarto de siglo, sin duda ha habido un cambio de actitud en cuanto a qué tan intervencionista debe ser su gobierno.
Recientes encuestas de opinión confirman que cuatro años después de la invasión de Irak, un 60% de los británicos cree que la intervención fue un error, y un 51% señaló que se opondría a una acción militar en ultramar, si la única razón era una supuesta amenaza a la seguridad nacional británica.
Sin embargo, un 57% dijo que respaldaría una acción militar por causas como ayuda para desastres o impedir un genocidio.
Justificaciones. La invasión argentina de las disputadas Islas Malvinas el 2 de abril de 1982 fue considerado, en ese momento, un ataque a territorio británico, explica un analista en forma reservada, lo cual permitió a Thatcher convencer al país de que se justificaba una respuesta militar.
“En las islas Falkland (Malvinas) los objetivos militares y políticos se alcanzaron en buen tiempo, y se consideró que el sacrificio valió la pena”, afirma un analista militar.
Mientras en el conflicto por las Malvinas el estatus previo a la guerra fue restablecido mediante la intervención británica, la situación en Irak se ha vuelto más peligrosa, tanto para los civiles iraquíes como para las tropas del Reino Unido.
“Ambos conflictos representan dos situaciones militares difíciles muy diferentes, que son como imágenes especulares”, explica el experto castrense.
El sacrificio hecho por Gran Bretaña en las Malvinas, en donde murieron 255 soldados británicos, fue considerado como aceptable porque la causa se creía justa y se logró el objetivo deseado.
En cambio, las continuas muertes durante cuatro años en Irak y Afganistán hacen sentir a los británicos que esas guerras son un desperdicio inútil de vidas.
Es exactamente por esta razón que el primer ministro Tony Blair, quien no ha ocultado su admiración por el fuerte liderazgo de la época Thatcher, probablemente, a diferencia de ella, perdería hoy una elección, si se convocara una.
Thatcher, en cambio, estará en el corazón de las celebraciones británicas de junio por la “liberación” de las Malvinas.
Hay una calle Thatcher en Puerto Stanley, la capital de la isla, y cineastas ingleses trabajan en un documental que registra los cruciales 17 días previos a que las fuerzas británicas navegaran hacia el Atlántico Sur.
“Durante ese periodo, Thatcher tuvo que enfrentar sus miedos íntimos, a los hombres que dudaban de ella y forjar una imagen que aún hoy proyecta una sombra sobre el paisaje político”, señala una portavoz de la distribuidira cinematográfica Pathe, productora del film.
Dura. Para Thatcher, de 81 años, su planeada presencia en las celebraciones que comienzan el 14 de junio, y que durarán cuatro días, probablemente será la última oportunidad para bañarse en la gloria de su gobierno de 11 años.
En ese momento, la determinación que demostró en relación a las Malvinas le entregó al entonces debilitado liderazgo de Thatcher un impulso en las elecciones de 1983, lo cual le permitió buscar cumplir con su políticamente controvertida y rigurosa agenda interna.
“La campaña de Falklands (Malvinas) fue una de las más memorables de la historia británica de posguerra. La liberación de las islas fue un gran logro de nuestras fuerzas, operando en duras condiciones a 15.000 kilómetros de casa al final del mapa”, dice el ministro de los Veteranos, Derek Twigg.
Twigg aclara que los desfiles militares y el vuelo sobre el palacio de Buckingham del 17 de junio “no serán triunfalistas”, y que los 655 argentinos que murieron en el conflicto también serán recordados. Como manifiesta el ministro, “las conmemoraciones nos darán la oportunidad de reflexionar sobre los hechos de hace 25 años. Nuestra relación con Argentina ha hecho un largo camino en los últimos años. Además de recordar los sacrificios de nuestras fuerzas, también reconoceremos sus pérdidas”.
* Desde Londres ((DPA)