El gobierno consiguió ayer, a través de múltiples gestiones, desactivar el paro que habían amenazado realizar los gremios del transporte en repudio a la represión policial durante los incidentes frente a la Legislatura porteña. Las gestiones estuvieron a cargo del propio presidente Néstor Kirchner quien se comunicó telefónicamente con el titular de la CGT, Hugo Moyano.
Previamente, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, había mantenido una larga charla con Moyano y le había expresado el malestar presidencial por la decisión de impulsar una medida de fuerza de ese tipo que incluía a gremios como los portuarios, ferroviarios y a los trabajadores del subte, que son ajenos a la ley que rechazan los taxistas, los camioneros y los colectiveros.
Cuando se desarrollaban los incidentes, Kirchner se encontraba en la residencia de Olivos y fue informado de los detalles por el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Al dar a conocer el saldo de heridos y detenidos, el titular de la cartera política informó también que se había decidido sancionar al efectivo de la policía federal que propinó tres palazos a un manifestante cuando se encontraba en el suelo.
Omar Viviani, secretario general de los taxistas, y Moyano, fueron los encargados de enfrentar a los cronistas, anunciando que la medida prevista para la Capital y el conurbano bonaerense quedaba en suspenso.
Los trabajadores del transporte se habían acercado a Legislatura porteña para reclamar por la implementación del denominado “registro por puntos”. Allí se enfrentaron con la policía en una batalla campal que dejó varios heridos de ambos bandos.
“Hemos decidido levantar la medida de fuerza para poder empezar a discutir en serio esta ley. Ya nos han invitado los legisladores para que nos sentemos a discutir juntos”, explicó Viviani.
