“Es el barco del ruso. El dueño del Chelsea”, comentaba la gente, en su mayoría turistas, que desde los pasillos de las dársenas del puerto deportivo señalaban hacia Le Grand Bleu. “ Tiene 59 tripulantes y ahora sólo hay personal; todavía están esperando a los invitados”, confirmaron a PERFIL miembros del departamento de Migraciones del Ministerio del Interior uruguayo con asiento en la terminal portuaria de Punta del Este.
“En el barco aseguran que viene el ruso, pero por avión”, adelantaron las mismas fuentes. Sin embargo nunca se aclaró si “el ruso” era Roman Abramovich o Evgeny Eugene Markovich Shvidler, un empresario petrolero nacido en Moscú, amigo íntimo y socio del dueño del Chelsea, a quien Abramovich le habría “prestado” la joya marina por su “trabajo incondicional”.
Le Grand Bleu tiene un costo superior a los 100 millones de dólares, fue construido en los astilleros Vulkan, en Bremen, Alemania, y diseñado por la empresa de megayates Kusch Yachts.
Su interior está equipado con un submarino, un simulador de vuelo de un avión F-18, una planta de tratamiento de aguas servidas y un sistema que limita las emisiones de nitrógeno y ácido sulfúrico. También posee acuario, una piscina y ocho chimeneas que pueden almacenar hasta cinco toneladas de leña.
Mientras el buque estuvo en Punta del Este sólo se registró el movimiento de una lancha con varias personas que dejó el barco para llegar hasta la costa uruguaya. El martes a la mañana llegó al puerto un camión con provisiones para Le Grand Bleu. Vino desde Montevideo con un pedido valuado en 2.500 dólares. Más información en la Edición Impresa.
Los lujos millonarios de Abramovich anclaron en Punta
Mientras el magnate ruso disfrutaba de los mares del Caribe, uno de sus yates, el quinto más grande del mundo, se paseó por las aguas orientales: Le Grand Bleu, de 114 metros de largo, ancló a 300 metros de la costa.
