La trágica historia del barra de Boca Luis Forlenza en Sudáfrica tuvo el peor final. Los restos del herrero de Villa Ballester de 58 años que falleció el 5 de julio, durante el Mundial, ni siquiera podrán volver a la Argentina para que los familiares y amigos le puedan dar un último adiós. Ayer venció el plazo que la morgue judicial de Ciudad del Cabo otorgó para que el féretro fuera repatriado o llevado a un cementerio local. Como sus familiares y amigos de Loma Hermosa no pudieron juntar los 2.500 dólares que faltaban para trasladar los restos, las autoridades incinerarán estos días el cuerpo, como lo estipulan las leyes sudafricanas.
Las cenizas serán trasladadas a un depósito judicial a la espera que, algún día, un familiar se los lleve. A todo esto, la Embajada argentina en Pretoria no ayudó económicamente a la hija del miembro de la Barra de Lomas, Vanesa Forlenza. En varias ocasiones, el cónsul de turno señaló a Perfil.com que no hay ninguna normativa que libere fondos para solventar repatriaciones. Sin embargo, este portal reveló que la Embajada le pagó el cambio de pasaje a varios barras para que pudieran regresar al país tras la Copa del Mundo.
Es más, hace un mes que la Embajada dejó de contactar a Vanesa Forlenza y desde entonces se desentendió por completo del caso.
Si bien un asistente social sudafricano, Mark Antonio Trimble, consiguió que South African Airways trasladara el cuerpo del barra a la Argentina sin cargo, nadie pudo aportar los 2.500 dólares de gastos que reclaman el hospital Groote Shuur de Ciudad del Cabo -donde el hincha estuvo internado dos días en terapia intensiva- y la morgue judicial.
El grupo de hinchas que viajó con Forlenza, encabezado por empleados públicos del partido de San Martín, hizo una colecta "solidaria": pusieron 50 pesos cada uno, cuando el viaje al Mundial les costó 3.500 dólares per cápita (algunos fueron incluso "ayudados" por Carlos Bilardo, según reveló Perfil.com). En total hacen falta 10.000 pesos para repatriar al "Tano".
Violencia for export. Forlenza murió el lunes 5 de julio por la madrugada, dos días después de haber sido golpeado por la hinchada de independiente horas más tarde de la eliminación de Argentina frente a Alemania. La Embajada defendió la versión de que se trató de un "robo de desconocidos", la carátula de la investigación policial en Ciudad del Cabo. Pero Perfil.com reconstruyó la historia y los testigos del hecho confirmaron que barras del Rojo lo identificaron en la terminal de ómnibus y lo agredieron junto a otros dos hinchas de Boca que identificaron.
En realidad, Forlenza padecía una grave afección coronaria y los golpes agravaron su estado. Unas radiografías corroboraron la agresión, aunque los médicos concluyeron que se trató de una muerte natural. El barra pensaba en volverse a la Argentina y antes tuvo que acudir a un hospital dos veces durante su estadía en Sudáfrica. "Yo me quedó hasta el final", repetía a sus compañeros de viaje, sin saber que su presagio se cumpliría de la forma más trágica.
(*) de la redacción de Perfil.com