Ya no queda nada del intento de muro que pretendía instalar el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, para separar a los habitantes del barrio La Horqueta de los de Villa Jardín. Vecinos locales derribaron los pocos caños que se habían instalado en la Avenida Uruguay -que divide los partidos bonaerenses de San Isidro y San Fernando- y rompían los bloques de cemento y hormigón que se iban a colocar sobre la calle.
El paredón comenzó instalarse por la tarde del martes 7 de abril para sorpresa de los habitantes de Villa Jardín, que no sabían nada del proyecto. Los vecinos detuvieron a la empresa constructora, la policía llegó al lugar, y comenzaron las expresiones de repudio desde todo el arco político.
Las primeras vinieron de la vecina municipalidad de San Fernando, que también asegura que no le informaron de la medida. "Siempre pensé que se me iba a comunicar, me entere por un semanario", dijo el intendente Gerardo Amieiro, que presentó un recurso de amparo ante los Tribunales de San Isidro para detener la construcción, además de una en el INADI por discriminación.
Sin embargo, el intendente de San Isidro ratificó que "por supuesto" piensa continuar con la construcción, aunque volvió a aclarar que su proyecto "no es un muro" . En diálogo con Radio Diez, Gustavo Posse lamentó el "teatro y la nacionalización" que se hizo del tema y anticipó que intentará consensuar con el municipio limítrofe de San Fernando.
Por su parte, el ministro de Seguridad bonaerense Carlos Stornelli, presente en el barrio Villa Jardín, dijo que el muro "es una locura que hay que frenarla lo antes posible" y que "incita a la violencia".
Stornelli también hizo duras críticas al intendente Posse, afirmó: "Me extraña mucho que diga públicamente eso cuando e n la intimidad me llama a mí para decirme los buenos niveles de seguridad que estamos teniendo ahora en San Isidro". Asimismo, destacó que el municipio dispone de "12 millones de pesos para gastar en seguridad" mientras que el intendente "no se ha acercado para saber cómo era el convenio".
El ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, comentó que el paredón "refleja un viejo concepto que existen dos clases de exclusiones, la de los que menos tienen, y viven en una inseguridad constante y, del otro lado, la exclusión voluntaria de los que también viven la inseguridad, que se aíslan en ghettos de prosperidad".
En declaraciones al canal de televisión C5N, Fernández dijo que se trata de una "actitud canallesca" de Posse, y que es "una decisión chiquita, berreta, sin sentido" que busca "sacar una ventaja electoral", mediante un "producto mentiroso".
Según el ministro, el intendente de San Isidro "está jugando con la encuesta, con una visión pequeña, está viendo una actitud oportunista de vecinos de la zona" y " los convence de que un muro de esta característica pondrá fin a su situación, cosa que es mentira". La iniciativa "muestra desprecio por el resto de la gente, es un gesto en que ni siquiera va a dar resultado a la gente que supuestamente lo va a acompañar", afirmó Fernández.
"Es una medida casi dictatorial que nos recuerda más a una postura de Aldo Rico que al radicalismo donde viene Posse", opinó el jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Alberto Pérez, acaso sin recordar que el ex intendente de San Miguel ahora milita en el kirchnerismo. Agregó que el muro es "discriminatorio desde lo social" y que viola la ley orgánica municipal.
Pérez desmintió que el Gobierno bonaerense no colabore con la seguridad en San Isidro, según denunció el intendente Posse "Si hay un municipio en la zona norte que ha sido ayudado es San Isidro. Hay más de 200 policías, hay gendarmes, patrulleros y toda la tecnología", indicó el funcionario en diálogo con radio La Red.
Pero no sólo el oficialismo repudió la medida: el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, afirmó que Posse " está realizando una muy buena gestión en el municipio, donde tiene muchos problemas de inseguridad, pero no comparto su decisión".
" No puede haber una frontera en la provincia de Buenos Aires; hay que bregar por la integración social, y dar respuesta a las necesidades sociales y de seguridad", opinó, y además consideró que el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, "debería convocar en forma inmediata a los dos intendentes y buscar una solución a la situación".
El único sector que apoyó la decisión públicamente fue el Bloque de Concejales del partido gobernante de San Isidro, Acción Vecinal, emitió un comunicado en respaldó el muro, porque este tipo de "obstáculos a la circulación suponen la reafirmación de la voluntad política de contribuir a mitigar y prevenir la inseguridad, no separan sino que contienen".
"Ante la inacción de las autoridades nacionales y provinciales, no nos quedamos de brazos cruzados. Continuaremos apoyando en forma positiva todas las iniciativas que signifiquen colaborar con el cuidado de las familias de nuestra comunidad quienes han sufrido ya distintos hechos de violencia. Con la vida no se negocia", concluyeron los ediles en un comunicado.