Tal como hacen los pilotos de aviones, ahora los maquinistas de trenes y subtes también se capacitan con simuladores virtuales de conducción. Así, con el objetivo de mejorar la formación y la seguridad –tanto de los motorman como de los pasajeros–, ambos transportes incorporaron tecnología que replica en tiempo real las experiencias y situaciones que pueden darse en cualquier momento del viaje.
En el caso de los trenes, las capacitaciones se realizan en el Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria (Cenacaf), ubicado en Temperley, donde a fines de 2014 llegaron desde España once simuladores –tres de ellos son réplicas exactas de las cabinas, los otros son de menor tamaño–, donde los aspirantes a motorman como los profesionales con años de experiencia pueden perfeccionarse en un espacio que recrea situaciones reales de conducción normal o simulando inconvenientes.
En el último año, más de 1.500 maquinistas de las líneas Sarmiento, Roca y Mitre pasaron por el centro, y a mediados de este mes se incorporarán también los de las líneas Belgrano Sur y San Martín.
“Además, el centro ofrece capacitación para todo el personal, con cursos de temáticas como mecánica, reparación de motores, material rodante, informática, mantenimiento, telecomunicaciones, sistemas eléctricos”, explican voceros de Trenes Argentinos.
En el caso de los subtes, se trata de una iniciativa conjunta de Subterráneos de Buenos Aires SE (Sbase) con la Universidad Nacional del Centro, de Tandil, a través de su centro de investigación y desarrollo, Media.Lab, que desde principios de 2015 está desarrollando los softwares a medida para cada línea, y reproduciendo los puestos de comando que conforman el primer simulador de ese tipo hecho en el país.
“Lo primero que hicimos fue un relevamiento fotográfico y de los planos de las estaciones y los túneles para recrearlos tridimensionalmente. Luego trabajamos en el comportamiento y las particularidades de cada coche y cada línea, para tener exactitud en la velocidad, la tracción, lo instrumental”, explica Cristian García Bauza, que dirige el proyecto (ver aparte). Así se recrean en 3D desde las señales, los túneles y los kilómetros de vías de las seis líneas, además de los desplazamientos de las personas, todo en tiempo real, sumado al comportamiento físico de las formaciones.
“Contemplamos todos los problemas que pueden tener los coches, ya sea de frenos, puertas que no cierran, control de velocidad; y todas las resoluciones de las fallas eléctricas o mecánicas”, agrega Bauza, que trabaja junto con un equipo de más de veinte profesionales. Así, suman más de cincuenta los ejercicios y resoluciones de fallas incorporados, que una vez en funcionamiento pueden repetirse infinitas veces. Por ahora, las capacitaciones se hacen con las formaciones fuera del horario de circulación.
Desde Sbase agregan que el primer simulador que estará listo a principios del año que viene será el de la Línea B mientras se avanza en el desarrollo de los correspondientes a la A y la H, para continuar con el resto de las líneas. Aunque aún no está definido dónde se ubicará el centro de capacitaciones. “El simulador les permitirá a los conductores y a los guardas contar con nuevas herramientas para desarrollar su tarea cotidiana y mejorar así la calidad del servicio”, dice su titular, Juan Pablo Piccardo.
En Tandil, un centro de innovación nacional
“El simulador es único en su tipo y es íntegramente realizado con tecnología y conocimiento argentino”, dicen desde Media.Lab, el área de I+D centrada en realidad virtual perteneciente al Instituto Pladema de la Facutad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (Uncpba), donde desde 2011 vienen desarrollando simuladores.
Allí trabaja un equipo interdisciplinario integrado por cuarenta profesionales que abarcan desde ingeniería electrónica, industrial, arquitectura, sistemas, diseño, hasta profesores y alumnos.
Entre los trabajos que vienen realizando, muchos están vinculados a rubros de lo más variados, desde la educación hasta la actividad petrolera, recreando pozos de excavación que permiten estudiar los lugares antes de ir, y perfeccionando la utilización de una máquina hidráulica excavadora, por ejemplo. En el caso de los subtes, además del desarrollo del software, realizan la instrucción del personal de Sbase y Metrovías que estará a cargo de las capacitaciones.