Mariana y Lupe se besan y sonríen. Comparten –por primera vez– la edición número 22 de la Marcha del Orgullo lésbico, gay, travesti, transexual, transgénero, bisexual, intersexual, queer. “Venía sola o con amigas pero este año lo vivo con mi novia y sin importar el qué dirán”, dice Mariana que eligió un disfraz con flores y pines con la bandera del arcoiris. Es el festejo por lo conseguido y la recarga de pilas para seguir con lo que falta. El lema de este año fue “Educación sexual igualitaria, libre y laica” y según los cálculos de los organizadores reunió a más de 200 mil personas, lo que superó la convocatoria de 2012, estimada en 150 mil.
“Celebramos pero sin dejar de tener en cuenta que falta reforzar la igualdad en el ámbito laboral y sanitario. Nada ni nadie reúne la cantidad de personas que participan en cada marcha y nos enorgullece que todos y todas reclamen por los derechos que favorecen a una sociedad”, expresa Cesar Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina.
Desde las 15 en Plaza de Mayo tocaron bandas y hubo puestos de venta de merchandising alusivo. Como un dato entre obvio y llamativo, sobresalía la imagen de la presidenta Cristina Fernández: se la podía encontrar en remeras, pulseras, almohadones y bolsos. También se vendían chipá en forma de corazón y se rifaron velones de figuras fálicas. Minutos antes de las 18 comenzaron las corridas para alinearse para el desfile. No faltaron las carrozas, que musicalizaron Diagonal Sur para luego transitar por Avenida de Mayo hasta el Congreso. Pasadas las 20, frente al palacio legislativo, se realizó el tradicional abucheo y reconocimiento a diferentes personalidades. En esta oportunidad, el primero en recibir insultos y silbidos fue el papa Francisco. “Francisco es Bergoglio, el mismo que propuso una guerra de Dios contra nuestros derechos y a los que calificó como un plan del demonio. Intenta disfrazar su homofobia pero nos sigue descalificando como enfermos y desviados. No queremos lástima ni piedad, queremos justicia y respeto”, detalla un escrito en donde organizadores fundamentan los abucheos. A su vez, también recibió el desprecio de la comunidad Gabriela Michetti y las policías. Luego, con un aplauso de reconocimiento se destacó el trabajo del ministro de Educación Alberto Sileoni, Milagro Sala –activista de la comunidad– y la Presidenta. “Hay una simetría entre el marco legal y la acción social y por eso tenemos planes para conseguir el cambio social pendiente”, explica Silvina Maddaleno, coordinadora del Programa de Diversidad Sexual del Inadi, que cuenta con actividades en escuelas y sindicatos sobre la temática. También estuvo el “sacerdote” Gregorio, de una iglesia cristiana que se define inclusiva, que tiene “las puertas abiertas para todxs”. “Soy sacerdote romano, y me casé con Alejandro en junio. Mientras otras iglesias excluyen a las personas por distintas razones, nosotros queremos sanar esas heridas y permitir el camino espiritual sin condicionamientos”, le explica a una curiosa que se sorprendió al encontrarlo entre jóvenes semidesnudos disfrazados de ángel y demonio.
Al final de la jornada hubo un beso colectivo y se oyó la música de las bandas Grupo Play, Susy Shock, Miss Bolivia, Poncho y Sandra Mihanovich, con la que terminó la fiesta, por lo menos hasta el año próximo.