El crimen de Candela Rodríguez recuerda el caso de Mariela, una niña de 9 años asesinada en 2003 por un ajuste de cuentas que le hicieron a su padre, también involucrado con una causa de piratas del asfalto.
Marela era el apodo de la niña, llamada Yesica Mariela Martínez, quien había desaparecido en octubre de 2003 tras salir de su casa de Avellaneda para ir a comprar un regalo del Día de la Madre. Pero nunca más regresó.
El cuerpo de la niña fue hallado recién en febrero de 2004 en un pozo ubicado en la casa de un vecino, Héctor "El Nene" Sánchez, primer detenido en la causa. Allí mismo estaba enterrada también su prima, Mónica Vega, de 13 años.
Sánchez señaló a otro sospechoso, Santiago Martínez Almada, quien reveló que todo se había tratado de una venganza contra el padre de Marela.
El ajuste de cuentas en el caso Marela se habría realizado contra Víctor Martínez, padre de la nena, quien se habría quedado con un supuesto cargamento de piratas del asfalto. Por eso Santiago Martínez se la tenía jurada, y "El Nene" Sánchez ayudó a cobrárselas.
Héctor "Nene" Sánchez confesó en 2004 que estranguló a "Marela" por odio contra su padre. Y a su prima Mónica la ahorcó, la violó y la arrojó a un pozo ciego. Murió ahogada. Fue condenado en 2006 con la pena de reclusión perpetua, la pena máxima que prevé el Código Penal.
Luego del escalofriante diálogo telefónico entre la madre de Candela y el raptor, en el que le pedía que "el conchudo devuelva la guita" para encontrar a la niña, se presume que el asesino se refería al padre de la niña, Alfredo Rodríguez, quien purga una condena por un caso de "piratas del asfalto" en el penal de Magdalena.