SOCIEDAD
Movilidad y perspectiva de género

Minoría: solo el 28% del total de las licencias de conducir del país corresponde a mujeres

El dato surge de una encuesta nacional realizada por una empresa de seguros. Pese a que el número de licencias es muy bajo, representa la mayor proporción de las últimas dos décadas. Además, el 75% de las conductoras todavía no cuenta con el carnet habilitante. Otro detalle llamativo del trabajo es la edad promedio en la que la mujer empieza a conducir: es superior a la del varón, ya que el 50% de los hombres obtiene su licencia de manejo a los 18 años, o antes, y ellas lo hacen entre los 25 y los 45 años. Lo curioso es que en el caso de las mujeres, esto se relaciona mucho con la maternidad.

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Sin carnet. Según la encuesta, 75 de cada 100 mujeres no poseen la licencia habilitante neceasria para manejar un vehículo. | Shutterstock

No hay dudas de que persiste una amplia brecha de género en numerosos planos y actividades sociales. Y también es cierto que, cada vez más, hombres y mujeres entienden  las diferencias y buscan superarlas. Sin embargo, aún existen ámbitos en los que la desigualdad sorprende mucho: un flamante estudio que indagó sobre “la movilidad con perspectiva de género” encontró que apenas el 28% del total de las licencias de conducir emitidas en forma cotidiana en el país corresponde a mujeres. Y, todavía ahora, en pleno 2023, de cada 100 mujeres consultadas, 75 no poseen la imprescindible licencia habilitante para manejar un vehículo. 

Estos y otros datos llamativos surgen de una reciente encuesta realizada por encargo de la compañía de seguros La Caja, y que analizó datos, hábitos y costumbres del actual escenario vial. 

“Hicimos una encuesta a 400 personas, 50% mujeres y 50% varones, de 18 a 60 años, distribuida geográficamente en la zona del AMBA, Mendoza, Córdoba, Tucumán y Río Negro”, le contó a PERFIL Carla Ponce, gerenta de RSE en dicha empresa. Y detalló: “Buscábamos entender el rol de género en la conducción en vía pública y los estereotipos que se perciben en hombres y mujeres”. Y los resultados los sorprendieron por lo concluyentes: “Encontramos que apenas tres de cada diez licencias nuevas emitidas eran para mujeres. Además, si analizamos las licencias profesionales –las que habilitan a manejar equipos pesados, camiones o buses de transporte público–, la estadística es mucho peor: apenas tres de cada mil licencias fueron para chicas”.

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Por otra parte, la edad “promedio” en que las mujeres empiezan a conducir supera a la de los varones. De hecho, más de la mitad de los hombres obtiene su licencia alrededor de los 18 años. 

“Las mujeres suelen incrementar su uso de vehículos –y por ende, sacar la licencia– cuando están ejerciendo el rol maternal. O sea, entre los 25 y los 45 años, y sobre todo en los niveles económicos más altos”, le explicó a PERFIL Leda Pereyra, socióloga especializada en temas de movilidad y transporte y que actuó como curadora de este estudio de La Caja. Y agregó: “Diferentes estudios muestran que la mujer es, básicamente, usuaria de transporte público y también se mueve caminando. Esta tendencia local es similar a lo que ocurre en otros países de la región e incluso del primer mundo”.

Otro dato llamativo que sostiene Pereyra surge de la Encuesta Nacional de Movilidad Domiciliaria que observó los desplazamientos en auto y que “constató que en el 62% de los casos es una mujer la que va acompañando a un conductor”.

Por otra parte, según la experta, “si en el hogar solo se cuenta con un vehículo, el usuario usual es el varón, ya que este recurso, pese a ser común, suele asignársele al hombre, mientras que la mujer recurre al transporte público, en el que es la principal usuaria”. 

Los datos de desigualdad en esta temática se acumulan: según el estudio de La Caja, hoy solo cuatro de cada diez mujeres manejan, mientras que en el caso de los varones ese número se da vuelta: ocho de cada diez conducen.

Otra cifra llamativa que muestra desbalance de géneros se expresa en el uso de motocicletas: en ese tipo de vehículos la presencia de mujeres cae abruptamente: en la geografía del AMBA, las chicas que se desplazan en moto o en ciclomotor representan solo el 14%. La situación mejora algo en Córdoba, donde ellas representan hasta el 30% de los viajes. En otras palabras, es el varón el que sigue siendo el principal usuario de los vehículos de dos ruedas.

Miedo

Algo llamativo de la encuesta es que cuando se les pregunta a las mujeres que afirman desear aprender a manejar cuál es su principal limitación, la respuesta central es “el miedo”, mencionado en el 91% de las respuestas. Eso se apalanca en que el 65% de los encuestados reconoce que ellas “experimentan mayores situaciones de violencias viales que los varones”. Y que sienten menor “confianza/seguridad” que el varón al transitar en espacios públicos, sobre todo “manejando un auto o moto” y “al caminar por la calle”.

Otro mito derribado por la encuesta muestra que, por suerte, se va archivando el despectivo grito de “andá a lavar los platos”: el 70% de los consultados coincidió en que las mujeres manejan igual de bien, o de mal, que los varones.

Según la asociación Mujeres al Volante, una comunidad de mujeres enfocada en movilidad cuyo objetivo es lograr que más mujeres estén al volante, afirma que entre las distintas causas que pueden justificar estas diferencias en el sexo y el manejo influyen las historias y el mandato familiar. 

De acuerdo con su directora, Luly Dietrich, “en la mayoría de las familias solo los varones conducen, y las enseñanzas para aprender a hacerlo suelen ser destinadas a los hijos varones, no a las mujeres. Además, un porcentaje significativo manifiesta tener miedo para sacar la licencia. Estos temores tienen diversos orígenes: inseguridades propias, accidentes vividos de chicas o miedo a provocar un accidente. 

También juega el hecho de que la percepción de riesgo suele ser más alta en la mujer que en el varón. En definitiva, hay muchas acciones posibles a tomar que podrían ayudar a revertir esta brecha. Es cuestión de poner primera y apretar el acelerador.

 

¿Cómo modificar la brecha?

Según la socióloga Leda Pereyra, experta en movilidad y género, hay varias acciones políticas activas de género que pueden ayudar a cerrar esta brecha: “Desde mejorar la infraestructura vial hasta darles más opciones y cupos que les faciliten el acceso a puestos laborales relacionados con la movilidad, posibilitando –por ejemplo– que haya más conductoras con licencias profesionales que puedan luego trabajar en el transporte público”. También facilitar la capacitación en manejo y la obtención de licencias profesionales. Por otra parte, el Estado puede generar incentivos específicos y coordinar con las empresas para que consideren incorporar más mujeres en puestos y roles de conducción de vehículos y transportes. “Eso, incluso, también ayuda a lograr cambios en el largo plazo, ya que les muestra a los chicos que puede haber mujeres en roles tradicionalmente varoniles”. En ese sentido, desde La Caja suman que este año planean realizar clínicas presenciales de “conducción segura” dirigidas a mujeres.