Smartphones, una app descargada miles de veces, un dron y un helicóptero fueron algunos de los elementos que la artista Marta Minujín utilizó para encarar ayer su performance en Puerto Madero, donde arte y tecnología se fundieron en uno.
Encontrá tu igual fue el nombre de la intervención que marcó, además, el final de la Bienal de Performance que se hizo por primera vez en el país y tuvo grandes artistas mundiales invitadas, como Marina Abramovic.
Ayer la consigna era descargar primero la app (al menos cinco mil personas lo hicieron), que determinaba el color de tu alma y la de tu “alma gemela”. La segunda parte implicaba ya el contacto real: a cada participante se le asignaba un color (el de su alma), por el cual podría encontrarse y reflejarse en su alma gemela. Para eso, cada uno debía ir vestido de blanco, y llevar además de su teléfono un espejo donde “reflejar” al otro.
“En este momento el teléfono es lo más importante que tiene la persona, lo usa para todo y lo tiene encima siempre, cerca del alma, le falta el teléfono y le falta todo”, explica Minujín a PERFIL. “La idea fue crear una consigna para que puedas ver tu alma en el teléfono, una especie de espejo interior que sólo lo podría haber hecho en esta época”, agrega.
Ante los asistentes, Minujín irrumpió en escena pasadas las 15, en un helicóptero blanco desde el cual tiró miles de pétalos de flores. En ese mismo momento, un dron sobrevoló el Puente de la Mujer sacando fotos a la performance, imágenes que luego “invadirán” las páginas web de 15 museos de arte contemporáneo en una especie de “hackeo” artístico. “Voy a invadir el espacio y la gente va a quedar asombrada”, sostiene Minujín, y explica que las imágenes del dron van a aparecer por un instante sin aviso previo.
#Arte. Así, tecnología e intervención urbana se unieron para dar lugar a esta obra que desde la Bienal definieron como una acción de convergencia social mediante redes sociales, en la que el público pudo establecer un “vínculo espontáneo” con personas que resultaron ser “sus iguales de alma”.
La obra remite a otras intervenciones artísticas que la propia Minujín realizó en la década del 60, en tiempos del Instituto Di Tella: Simultaneidad en simultaneidad fue en un happening junto a artistas americanos y alemanes, donde se conectaron con teléfonos y telegramas, mientras los espectadores seguían la intervención por televisión. La novedad: esta misma obra se podrá ver otra vez a partir de septiembre en el Museum of Modern Art de Nueva York (MoMa).