“Ahí están en el programa de Chiche”, avisa a los gritos una de las invitadas. Inmediatamente, una decena de personas abandona el comedor de la casona de Once para moverse a otra habitación, la que tiene el único televisor de la vivienda/escuela y ahora funciona como dormitorio de los recién casados.
El psicólogo social Alfredo Moffatt, de 77 años, está entusiasmado con el revuelo mediático que su matrimonio ocasionó; su flamante esposa, Daniela Azpiazu Bitsikas, de 23, no tanto. “A él le gusta porque es una forma de dar a conocer su trabajo”, dice ella. El asiente, y se jacta con cierta ironía: “Es que siempre fui un poco transgresor. Hasta en lo profesional, lo que he hecho siempre ha ido en contra de lo establecido”.
Alfredo y Daniela pasaron por el registro civil de la calle Uruguay el lunes 17, acompañados por los dos hijos y las dos nietas del psicólogo. La celebración se pospuso hasta el miércoles a la noche. La cita es en la Escuela de Psicología Social que Moffatt fundó, y los invitados se reparten entre familiares, amigos, alumnos, pacientes y colaboradores.
Una de las más animadas es Demetria, la mamá de la novia. Probablemente nunca haya imaginado que su hija –“mi bebé”, como la llama– iba a casarse con un hombre 54 años mayor, pero ella igual está feliz.
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