Nueva York - Nueva York, la capital que cuenta con el mayor número de rascacielos del mundo, tiene solo una torre oficialmente calificada de "verde", pero la arquitectura ecológica se ha convertido en una prioridad para la renovación y el desarrollo de la metrópoli.
Luego de un reciente ciclo de conferencias sobre las torres "ecológicas", el Museo de los rascacielos y la Academia de Ciencias de Nueva York preparan una nueva serie de eventos a comienzos de 2008 invitando a "reciclar la ciudad". "Nueva York es la aglomeración símbolo del siglo XX, y sus rascacielos fueron construidos con la inquietud de ser elegantes y demostrar riqueza", en una época en la que el ahorro de energía no estaba a la orden del día, subrayó en una entrevista con la agencia de noticias AFP la arquitecta Carol Willis.
Historiadora urbanista, fundó en 1997 este pequeño museo de nombre romántico con un sitio web que es visitado por 750.000 personas por año, sobre todo luego de los atentados del 11 de setiembre de 2001 contra el World Trade Center (WTC). "Los edificios construidos en los años 1960-70 estaban ávidos de energía (...). El World Trade Center, por ejemplo -levantado entre 1963 y 1973- tenía un sólo interruptor por piso, que permanecía prendido día y noche", afirmó. "Era un período en que la climatización estaba siempre conectada, no había aire fresco y la energía no era utilizada con eficacia. Estos edificios están enfermos, pero no por ello hay que destruirlos, pueden ser renovados y volverse sanos y seguros", añadió la urbanista.
Finalizado en 2006, el único inmueble de Nueva York que oficialmente detenta la calificación "LEED" -Excelencia en Energía y en Arquitectura Bioclimática- otorgado por el comité estadounidense de edificios verdes (USGBC) es la Torre Hearst, sede social del grupo editorial estadounidense.
La sede de Bank of America que estará terminada en 2008 busca obtener el nivel "LEED platino".
Otras como la del New York Times, diseñada por el italiano Renzo Piano y terminada en 2006, "también respetan el medio ambiente pero no tienen la calificación porque para lograrlo debían pasar por un camino administrativo largo y costoso", explicó Willis.
Construida por el arquitecto Norman Foster sobre el edificio histórico art decó, la Torre Hearst es un ejemplo perfecto de arquitectura bioclimática: 80% del metal utilizado para la construcción de sus 46 pisos proviene de material reciclado. Su forma, una malla metálica de rombos de acero y vidrio, permitió utilizar un 20% menos de metal que el que requiere un edificio clásico. El vidrio utilizado, denominado "E" o "de baja emisividad" permite que pase la luz pero no el calor ni los rayos nocivos.
Un sistema de recolección de agua de lluvia está instalado en el techo y conectado a una reserva en el subsuelo, lo que permite reducir un 25% el consumo de la red urbana. Unos captores controlan la cantidad de luz artificial necesaria en función con la luminosidad exterior y la presencia o ausencia de otras fuentes, detectadas a partir de ordenadores.
En diciembre pasado el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg lanzó un programa denominado PLANYC 2030 compuesto de cinco grandes aristas -aire, tierra, agua, energía y transporte- cuyo objetivo es convertir a Nueva York en el 2030 en una ciudad "más verde y más grande".
El gobernador del estado de Nueva York, Eliot Spitzer, tiene también un plan "15x15" de reducción del 15% de las emisiones de gases con efecto invernadero provenientes de inmuebles antes del 2015. El director de vivienda para el estado de Nueva York, David Brown, anunció recientemente que a partir de 2008 todas las nuevas construcciones estatales deberán cumplir con las exigencias para obtener el nivel LEED. Se otorgarán además ayudas a las personas que quieran volver sus domicilios más ecológicos.
Los inmuebles son los responsables del 39% del total de las emisiones de gas de efecto invernadero en Estados Unidos. Las casas particulares por sí solas son responsables del 22% de las emisiones.