La abogada Rogelia Pozzi fue viuda demasiado joven: su marido fue secuestrado y asesinado cuando apenas pasaba los 24 años. Logró rehacer su vida. Se casó y tuvo hijos, pero nunca dejó atrás a Eduardo Aulet. Pozzi no está conforme con el accionar de la Justicia en el caso. No estuvo de acuerdo con la liberación de Arquímides, se queja de la fuga de su hijo Daniel, aún prófugo y que no hayan acusado a Epifanía Calvo, la esposa del jefe del clan. “A Eduardo lo tuvieron en un placard. No puede ser que su mujer no supiera lo que ocurría. No sólo preparaba la comida, sino que no le afectaba que tenían gente secuestrada en su casa y después se beneficiaba con el dinero de los rescates”, dice.
—¿Es posible recuperarse de lo que ocurrió?
—Es algo que no se olvida porque son situaciones tremendas. No olvidás. La persona que estuvo al lado tuyo pasa a ser un recuerdo de toda la familia que después constituí, y porque uno siempre tiene el anhelo de Justicia y que se hagan las cosas como deben hacerse. Y también el deseo de una Argentina diferente donde los delincuentes estén en la cárcel el tiempo que deben estar.
—¿Qué espera de la película?
—Estuve hablando mucho con Pablo Trapero y creo que va a ser muy buena e interesante, basada en hechos reales. No significa que todo lo que se vea sea real. No existe en la historia mundial un caso como el del clan Puccio. Los delincuentes siempre tratan de proteger a su familia, y en este caso, lo hicieron con su familia.
—¿Cómo era Puccio?
—Yo hablé por teléfono con él. Varias veces lo vi en reconocimiento y por televisión. Realmente creo que era un psicópata. Un hombre inteligente que nunca quiso aceptar lo que hacía. Presumo que la actuación de Francella va a ser espectacular.
—¿Sus hijos saben lo que ocurrió? ¿Cómo les contó esa parte de su vida?
—Mi marido, mis hijos, mis papás y mis amigos saben que Eduardo fue parte de mi vida. Mis hijos lo ven a Eduardo como un recuerdo de lo que yo les conté y se indignan. Hice todo lo que tenía que hacer por él para que se haga Justicia y sigo haciéndolo. Sé que la película y la miniserie, son una forma de recordarlo. Y hay varios de la banda que salieron libres o están por salir. Otros que caminan tranquilos por la calle. Ahí digo: “Qué injusta que es la Justicia. A Eduardo no le dieron ninguna posibilidad”.
