El barrio existe hace casi treinta años, aunque aún es calificado como el más nuevo de la Ciudad y se usa para dar cuenta de un caso de éxito de reorganización y recuperación urbana. Y ahora, por primera vez, está “manejado” por una mujer: Agustina Olivero Majdalani es la primera presidenta de la Corporación Antiguo Puerto Madero, y su objetivo es llevar adelante quizá las últimas dos tareas que le quedan a esta sociedad anónima conformada por el Gobierno de la Ciudad y la Nación en partes iguales: el desarrollo de las once hectáreas de parques lineales que formarán parte del Paseo del Bajo y vender la última parcela de tierra disponible en una zona de la Ciudad donde el metro cuadrado cuesta cerca de US$ 5.500.
De todas maneras, y más allá de estas tareas puntuales, la joven abogada, hija de Silvia Majdalani, número dos de la ex Side (ver aparte), tiene como objetivo crear la primera escuela pública en esa zona de la Ciudad, tan ostentosa como desigual.
—¿Abrir la primera escuela pública en Puerto Madero sería el mejor corolario a su gestión?
—Es un gran anhelo. Sobre todo si se tiene en cuenta que el barrio Rodrigo Bueno es lindero a nosotros. Estoy convencida de que se puede dar un interesante ida y vuelta con quienes viven allí. Si bien todavía es un proyecto, me parece muy buena idea que este barrio tenga una escuela pública.
—¿Cómo es la relación con los vecinos de la Rodrigo Bueno?
—Somos una sociedad anónima con capitales públicos y no hacemos políticas de Estado. Sin embargo, me interesa impulsar desde la corporación acciones que tiendan a beneficiar a quienes viven en ese barrio. Una de ellas puede ser la creación de la escuela.
Proyectos. La Corporación Puerto Madero, junto con la Sociedad Central de Arquitectos, lanzó el Concurso Nacional de Ideas para obtener la mejor propuesta arquitectónica que se utilizará para crear el parque lineal que quedará sobre el Paseo del Bajo, la obra vial más importante que se desarrollará en la Ciudad a partir de los primeros días del año que unirá la autopista Buenos Aires-La Plata con la Illia. “ El futuro espacio servirá para coser, terminar de integrar, Puerto Madero con la Ciudad. Queremos que el parque sea aprovechado tanto por quienes viven acá como por los demás porteños”, asegura.
—¿Por qué sale ahora la venta de la última parcela de tierra disponible, la manzana 1Q, del Dique 4?
—Necesitamos el dinero para financiar la obra de superficie del parque. Vendemos una parcela de tierra y a la Ciudad le quedan once hectáreas de espacio público.
La ley que permite su venta se aprobó en la última sesión de la Legislatura. (N de la R: Según estimaciones del sector inmobiliario, se calcula que la corporación podrá obtener unos US$ 60 millones por la venta).
—Más allá de las características urbanísticas del barrio, siempre sobrevoló la idea de que buena parte de las inversiones en la zona se vinculaban a hechos de corrupción o lavado de dinero. ¿Qué opina al respecto?
—No me molesta que se diga que acá se lava plata. Es problema de quien lo afirma. Luego del boom inmobiliario, Puerto Madero se convirtió en el polo gastronómico más importante de la Ciudad. Si bien al principio sólo había torres y muchos proyectos, con los años fueron desembarcando locales minoristas, farmacias, supermercados y universidades. Es un barrio formal. n