SOCIEDAD
Frgidos, fbicos o reprimidos?

“No sex please!”, una nueva tribu

Un grupo de personas que se define como “asexual” afirma que no siente deseo y que no tiene interés en el sexo. Para darse a conocer, llevan remeras con leyendas como "Así luce un asexual".

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| asexuality.org

Dicen que no sienten atracción sexual y que no les interesa el sexo. Aseguran que tienen relaciones de pareja normales y que llevan vidas sociales de lo más animadas. No se definen como heterosexuales ni como gays: prefieren el rótulo de “asexuales”.

Para identificarse, reconocerse y dar a conocer al mundo su condición, llevan remeras con la leyenda “No sex please” o “La asexualidad no es sólo para amebas”. Y, para enterarse de que son muchos los que se sienten como ellos, se reúnen en el sitio de internet asexuality.org.

En los foros de la página explican su condición sin tapujos. “Tengo una vida casi totalmente normal. Tengo un montón de amigos, salgo, hago muchísimas cosas. Lo que no hago es tener citas pero no siento que mi asexualidad sea un obstáculo”, cuenta uno de los miembros de asexuality.org en la página de la asociación.

Uno de ellos, incluso, escribió una columna en el diario británico The Guardian . Titulada “Estamos casados pero no tenemos sexo”, la columna relata como Paul Cox conoció a su mujer en una reunión de asexuality.org en un bar de Nueva York.

Cuenta que desde el principio quedó claro que no tendrían relaciones sexuales y que, con el tiempo, se enamoraron. Cuando finalmente decidieron casarse, invitaron a un grupo de amigos a jugar al scrabble en vez de celebrar la noche de bodas de la manera tradicional.

La columna llamó la atención de los lectores, que se hacían todo tipo de preguntas. ¿Existe la asexualidad o los llamados asexuales son en realidad fóbicos al sexo?. ¿Todos los asexuales son vírgenes?, ¿Los asexuales se masturban?, ¿Se besan?...

Las respuestas de los profesionales difieren bastante de las opiniones de los miembros de asexuality.org. Todos los expertos consultados por Perfil.com coincidieron en que la “asexualidad” no es “natural”, sino que la falta de deseo responde a las presiones de la vida diaria, a experiencias traumáticas de la infancia o a una educación muy represiva.

“No tener sexo implica un déficit muy grande en la relación con el otro”, afirmó la psicoanalista Graciela Faiman. “Freud definió a la persona normal como aquella que puede amar y trabajar, y los asexuales tienen una limitación muy grande en el amar”, agregó.

Al respecto, el psicoanalista Enrique Novelli opinó que “los seres humanos tenemos instintivamente el impulso a la relación sexual a los efectos de la preservación de la especie” y que los miembros de asexuality.org están, de alguna manera, “creando un esquema ideológico que justifique su elección de vida”.

Pero, ¿cuán común es esta condición? La sexóloga Celia Laniado afirma que, a lo largo de su carrera, tuvo varios pacientes que la consultaron después de años de no tener sexo. “ Hay muchísimos matrimonios no consumados. Vienen a realizar una consulta cuando quieren tener hijos”, relató.

Sin embargo, reconoció una diferencia entre estos pacientes y quienes se definen como asexuales. “Ellos están expresando algo, están haciendo una elección, están diciendo que eligen poner la libido en otra cosa y no en la intimidad”, afirmó.

¿Y qué tiene de malo? La asexualidad puede estar escondiendo una fobia, un miedo a la intimidad o al contacto con el otro, coinciden los expertos. Lo llamativo, sin embargo, es que los miembros de asexuality.org insisten en que la condición no tiene ninguna consecuencia negativa.

“Me dicen que tengo un problema hormonal, que fui abusada de chica o que no conocí al hombre indicado, pero yo no tengo ningún problema con mi asexualidad. Salvo por el hecho de que todo el mundo me hace tantas preguntas”, cuenta una forista en la página de la asociación.

¿Puede ser cierto? En su columna en The Guardian Paul Cox cuenta que con su mujer se abrazan, se besan y conversan como cualquier pareja normal. Reconoce que se masturba de vez en cuando “pero como una descarga”, y no como consecuencia de sentir deseo. Insiste en que nunca tuvo ningún tipo de fantasía sexual.

El problema, sin embargo, surge cuando una de estas personas sin deseo se enamora de otra a la que sí le interesa el sexo. En este caso, alguien tiene que ceder o, quizás, buscar la manera de reencontrarse con el deseo perdido.

* Redactora de Perfil.com