El represor Fernando Morellato Donna no tuvo reparo alguno durante la dictadura en pedir por escrito que le enviaran una picana para torturar a sus detenidos. Ahora, ya anciano y padeciendo diversas afecciones médicas, fue beneficiado con la prisión domiciliaria por “razones humanitarias”.
La medida la ordenó el Tribunal Oral Federal número uno de Mendoza para debido a que éste padece “afecciones crónicas y pasibles de agravamiento que ameritan una asistencia multidisciplinaria”.
Los jueces intervinientes en el caso, Juan González Macías y Alejandro Piña, razonaron en su escrito que “su alojamiento en prisión le impediría recuperarse o tratar adecuadamente sus dolencias”, según publicó la agencia DyN.
El represor, según un informe médico, padece “diabetes, hipertensión arterial, ateromatosis de vasos de cuello y osteoartrosis poliarticular”.
En la causa judicial en la que Morellato Donna fue condenado, consta que en 1976 solicitó por escrito “una picana” a la Policía Federal para interrogar a dos militantes de Montoneros, Oscar Ramos y Daniel Iturgay, que hoy figuran como desaparecidos.
Morellato fue condenado en marzo de 2013 a cinco años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua.