El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, repudió los linchamientos de vecinos a ladrones: "Se ha generado una psicosis colectiva de miedo que alientan sectores que buscan hacer 'justicia por mano propia', frente a la ausencia de las fuerzas de seguridad", expresó.
Pérez Esquivel indicó que a través de un comunicado que "el país vive situaciones de intolerancia, inseguridad, violencia social y estructural". El presidente del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) analizó: "Toda sociedad tiene leyes que deben ser respetadas para la convivencia ciudadana. Estas leyes las debemos garantizar todos, en especial las fuerzas de seguridad y los representantes públicos, caso contrario se fomenta el caos y la búsqueda de venganza en vez de la búsqueda de justicia".
Los linchamientos en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires concitaron la atención de la dirigencia política: el gobernador cordobés José Manuel De la Sota expresó que en Córdoba “no se necesitan justicieros”. En tanto, la jefe de la bancada oficialista en Diputados, Juliana Di Tullio, expresó - en sintonía con el juez Raúl Zaffaroni - que "los linchamientos son delitos".
Pérez Esquivel aseguró que “si alguien comete un delito no significa que deja de tener derechos, debe ser llevado ante autoridades judiciales para que se le aplique la ley penal, si se comprueba lo que se presume. Los ciudadanos tenemos derecho a nuestra seguridad, si alguien la viola el camino es la justicia, no la venganza que engendra nuevos victimarios".
El Nobel de la Paz precisó que "los linchamientos no son individuales, sino colectivos y tienen mucho que ver con conductas y presiones sociales que llevan a lo que denomino la suspensión de la conciencia, donde, si los demás hacen lo mismo, la culpabilidad se diluye en lo colectivo y queda en el anonimato. Esa suspensión fue utilizada en otra época por las fuerzas armadas y de seguridad, para no asumir las atrocidades cometidas".