Terminaron las clases, se acercan las fiestas, sube la temperatura y los argentinos empiezan a calcular el presupuesto de las vacaciones, que deberá incrementarse con respecto al año pasado si quieren disfrutar de las mismas actividades. Así lo revela un informe del Centro de Educación al Consumidor, que dice que este verano los precios subirán 33% en promedio con respecto al anterior: 25% los alquileres, 30% el esparcimiento y hasta 40% la gastronomía.
En el marco de la política de control de precios del Gobierno, las cámaras de hotelería, gastronomía y balnearios firmaron un acuerdo antiinflacionario que los compromete a no aumentar las tarifas más del 6% entre enero y marzo. El problema es que no todos lo cumplen. En ese marco, la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) emitió un comunicado en el que pide a los empresarios del sector que no abusen de la coyuntura favorable y mantengan los precios. El argumento es que no hubo un incremento de costos que justifique las subas desmesuradas. Sin embargo, Susana Andrada, titular del CEC, explicó que “si los insumos para reacondicionar los servicios aumentan, como la pintura, los repuestos de cuatriciclos, los salarios de los empleados y los alquileres de locales, es imposible que los comerciantes puedan obtener ganancias sin subir los precios”. El problema es que ni las autoridades nacionales, provinciales o municipales tienen poder de policía como para impedir las subas desmesuradas. Tal es el caso de Mar del Plata, donde los hoteles representan sólo el 20% de la oferta de alojamiento, de modo tal que nadie puede limitar los alquileres que los propietarios particulares piden por una quincena en La Feliz. Según el informe del CEC sobre la base de consultas en inmobiliarias, los departamentos de dos ambientes cuestan por quincena de 900 a 1.100 pesos en La Perla, 1.200 en Punta Mogotes y de 1.500 a 1.700 en Playa Chica y Playa Grande. Carlos Patrani, presidente del Ente Municipal de Turismo, ratificó que “los empresarios manifestaron su voluntad de cumplir con el tope de 6% de aumentos en el caso de los servicios estándar, aunque obviamente los premium pueden presentar variaciones mayores”. Del mismo modo opinó Jesús Osorno, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica aunque aclaró que la oferta gastronómica podría subir hasta el 15%.
En el caso de las carpas, por mes, valen desde 1.500 pesos en La Perla hasta 3.000 en Playa Grande, según el relevamiento del CEC. En cuanto a gastronomía, por una cena para dos personas con bebida y postre será necesario desembolsar de 50 a 150 pesos, a excepción de quienes prefieran un tenedor libre, que oscila los 20 pesos por persona, o los menú fijos, a 15 pesos promedio. En cuanto a los productos de almacén, los precios aún se mantienen dentro de los parámetros porteños: aproximadamente 4,30 pesos el kilo de pollo, 9 pesos el kilo de asado, 1,80 el agua mineral y 1,60, el litro de leche.
Subas en insumos. Los precios también subieron en Villa Gesell y San Bernardo, donde el alquiler de un departamento de dos ambientes oscila entre 1.500 y 2.000 pesos la quincena. Las sombrillas cuestan 450 pesos por mes y 700 las carpas. En cuanto a la recreación, el alquiler de cuatriciclos asciende hasta 70 pesos la hora en Villa Gesell y 60 en San Bernardo, 8 pesos las bicicletas y 25 los carritos. Daniel Rohr, secretario general del Partido de la Costa, afirmó que el aumento en los costos de fletes y combustible influyeron en que los precios de la carne hayan aumentado de 5 a 7%. En cuanto a las carpas y sombrillas, consideró que en los aumentos influyó la reducción de 30% del espacio disponible para tales usos. En cuanto a la gastronomía de playa, afirmó que “muchos establecimientos renovaron su infraestructura para jerarquizar sus servicios, por eso los precios subieron entre el 7 y el 12%”.
Pasajes por las nubes. También se desató la alarma por el aumento en el precio de los pasajes de transporte de larga distancia hacia los principales destinos turísticos. Si bien las empresas deben cumplir con una metodología de un precio menor fuera de temporada y otro precio mayor de temporada, cuyos valores se publican en la página web de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, según el relevamiento del CEC, las compañías no lo cumplen. En el caso de Pinamar, el precio mayor de temporada pactado para coches semicama es de 27,70 pesos, pero los pasajes cuestan 41. En el caso del servicio común a Mar del Plata, el precio máximo es de 29,80 pero no se consiguen por menos de 35 pesos. “La CNRT debe reforzar los controles para evitar las subas de precio mas allá de lo reglamentado”, reclamó Andrada.
¿Compromisos?
* Hoteleros y gastronómicos firmaron un acuerdo con autoridades nacionales en el que expresaron su voluntad de no aumentar sus precios más del 6%.
* Sin embargo, en muchos casos no se cumple porque los costos de insumos subieron y no hay autoridad de policía que pueda limitar las subas.
* La Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) pidió a sus socios que moderen sus aumentos.