El Gobierno bonaerense fue intimado hoy por la Cámara Penal para que cumpla la resolución judicial que benefició con la prisión domiciliaria a Gregorio Ríos, el ex militar condenado a 27 años de prisión por el crimen en 1997 del fotógrafo José Luis Cabezas.
La demora en cumplir esta orden judicial radicaba en que la administración bonaerense no compró aún la pulsera electrónica que debe tener Ríos y por la cual el Servicio Penitenciario Bonaerense podría monitorear que el condenado permanezca en su domicilio y no incumpla las condiciones de detención.
Los camaristas Jorge Luis Dupuy, Susana Miriam Chaltone, Fernando Sotelo, que habían beneficiado al ex jefe de custodia del fallecido empresario Alfredo Yabrán, intimaron al gobernador Felipe Solá bajo apercibimiento de plantear el conflicto de poderes.
En base a la derogada ley 23.390 conocida como 2x1, que computa doble cada día detención sin sentencia firme, el 6 de octubre último los camaristas otorgaron la prisión domiciliaria a Ríos, pese a que el ex militar purgó sólo nueve de los 27 años por los que fue condenado como instigador del homicidio.
De todos modos, el fiscal apeló la condena, que aún no está firme por parte del Tribunal de Casación bonaerense.
Recuerdo del crimen. En la madrugada del 25 de enero de 1997, Cabezas salió de una fiesta en la casa del empresario Oscar Andreani en Pinamar y fue secuestrado por un grupo de personas que, luego de golpearlo, lo introdujo en un auto para llevarlo a un camino vecinal de la localidad de General Madariaga. Allí lo esposaron, le dieron dos tiros en la cabeza y prendieron fuego al vehículo.
El crimen de Cabezas se convirtió en un caso histórico que en su momento salpicó al Gobierno nacional, en medio de una interna entre el entonces gobernador Eduardo Duhalde y el presidente Carlos Menem.
El empresario postal Yabrán, señalado como el presunto autor intelectual del crimen, se suicidó con un disparo de escopeta en la cabeza en uno de sus campos en Gualeguaychú, días después de que la Justicia librara una orden de captura en su contra.
El jefe de la custodia de Yabrán, en cambio, fue condenado como instigador del crimen y tras pasar 9 años en la cárcel se apresta a seguir cumpliendo la pena en su casa.