Los colaboradores de Alejandro Sabella preparan un informe detallado de Bosnia - Herzegovina, Irán y Nigeria, los tres equipos que enfrentará el seleccionado nacional en el Mundial de Brasil 2014. Fiel a su estilo, el coordinador Carlos Bilardo anota en un borrador las distancias entre los estadios y el búnker argentino en Belo Horizonte. “Caverna”, “Volador”, “Rengo” y “Marcelo”, algunos de los referentes de nuestras tristemente célebres barrabravas, también comenzaron a hacer sus planes para estar cerca del equipo de Messi. Como en Sudáfrica, ellos también quieren volver a jugar su Mundial.
El cierre del Grupo F disparó los miles de planes que tienen los dueños de los para-avalanchas, y que ya empezaron a moverse para obtener el bien más preciado: las entradas de favor. A diferencia de los últimos ocho campeonatos mundiales, éste tendrá una particularidad que las fuerzas de seguridad no deberán desatender para evitar problemas: se podrá llegar por vía terrestre. Como los controles fronterizos suelen ser menos rigurosos que en los aeropuertos internacionales, probablemente muchos salgan en caravana a Brasil.
La Banda del Expreso, como se autodenomina la barrabrava de Godoy Cruz de Mendoza, piensa llevar un “trapo” gigante de treinta por ochenta metros con los colores de la bandera nacional, los rostros de Diego Maradona, el papa Francisco y Lionel Messi y una frase que dirá: “Orgullo Nacional: Dios, el Papa y el Mesías”.
Locales otra vez. “Brasil va a estar copado de barras”, anuncia asegura a PERFIL un ex dirigente con llegada a varias barras. “Todas las hinchadas tienen intención de ir. Va a ser mucho más fácil porque existe la posibilidad de ir en micro. Y además hay relación con muchas hinchadas de allá”, asegura el dirigente kirchneristas Marcelo Mallo, uno de los fundadores de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), la ONG que agrupa a barras de distintos clubes. “Cansado de las críticas” Mallo cuenta que decidió dar un paso al costado.
Según pudo saber este diario, es un hecho que las barras de Boca y River estén en el Mundial. Saldrán en grupos reducidos, de tres o cinco personas para evitar inconvenientes.
“Los Borrachos del Tablón” –como se conoce a la hinchada Millonaria– aspiran a arrancarles una promesa de “colaboración” a los candidatos, aprovechando que el club se encuentra en los días previos a las elecciones.
En el caso de “La 12” (la barra de Boca), la situación es más compleja porque el juez Manuel de Campos, quien investiga la presunta connivencia entre la dirigencia y la barra, estará pendiente de la posibilidad de que el club le facilite tickets a los violentos.
“Del club no van a recibir nada”, asegura a PERFIL un dirigente de Boca. “El juez nos mira con treinta ojos. Todo empezó con las falsificaciones de carnets de socios y las ‘entradas de cortesía’ que les habrían facilitado a ‘La 12’. Si quieren ir a los partidos del Mundial, van a tener que arreglárselas solos”.
Siempre hicimos amistades. Los contactos de los barras no tienen fronteras. Los viajes por Copa Libertadores y/o Sudamericana fueron clave para tejer amistades con clubes de otros países, en especial con los brasileños. “La 12”, por ejemplo, mantiene una buena relación con sus pares de Corinthians.
La amistad nació en la época en la que allá jugó Carlitos Tevez. También mantienen vínculos con Inter, Gremio y Palmeiras. Como todas las hinchadas brasileñas van a recibir entradas, los barras de Boca –como de otras hinchadas– buscarán que sus contactos les cedan, regalen o vendan los tickets y de ese modo, poder entrar a ver a la Selección.
Según Rodrigo Martins, jefe de la torcida de Inter de Porto Alegre, “hace tiempo” que están “trabajando para alojar” a sus “colegas argentinos”. “Vamos a tener lugar disponible para los 300 que ya avisaron que vienen, sin problemas. Y seguro podemos recibir hasta 500 en un sitio del distrito Partenón, que está cerca del centro de la ciudad de Porto Alegre”, asegura “Hierro” Martins, según revela el diario Olé.
Tanto los de Boca como los de River tomaron nota de lo que les sucedió a los que viajaron a Sudáfrica. No quieren que en Brasil los maltraten. Mucho menos que los deporten. Saben que la policía brasileña va a tener información sobre ellos y les preocupan las consecuencias. Como sea, harán lo imposible para jugar su Mundial, recaudar y no recibir la roja.