Una inesperada polémica se generó en torno a la posible vuelta a clase de los 5.100 alumnos de escuelas públicas porteñas que no se sumaron a los procesos de enseñanza virtual por problemas de conectividad. De un lado, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Del otro, el Ministerio de Educación de la Nación; la Dirección de Cultura y Educación bonaerense, y los gremios docentes más combativos, que resisten este posible regreso adelantado de clases en medio de la cuarentena por coronavirus.
El debate se da en medio de un contexto sanitario en el que se registran 1.100 casos de contagios diarios de COVID-19, y con el 68% de las camas de terapia intensiva ocupadas.
Luego de que el viernes el Gobierno porteño anunciara oficialmente el plan de enseñanza presencial para estos alumnos, pocas horas después, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, afirmó que “no están dadas las condiciones epidemiológicas”, para el regreso a clases. En tanto que ayer, Agustina Vila, directora general de Cultura y Educación bonaerense, se sumó a la polémica y señaló que el actual “no es el contexto sanitario para volver a las aulas”, debido a que se registran “5.000 contagios diarios de coronavirus” en el ámbito bonaerense. De todas maneras, remarcó que se trabaja en cinco protocolos para que el regreso a presencial pueda efectivizarse cuando la situación lo permita.
Online. La Ciudad avanza en un plan de regreso a clases de los alumnos que, por diversos motivos, no continuaron con el sistema de enseñanza online debido a diferentes motivos, entre otros, sobresale la falta de conectividad. Se trata de unos 5.100 alumnos de escuelas públicas. El plan contempla en una primera etapa a los alumnos de secundaria que ya fueron identificados. Se abrirían aulas con computadoras, se establecerían turnos y se establecerían protocolos de seguridad sanitaria tanto con el Ministerio de Salud portño como con el Ministerio de Educación de la Nación. otorgarían rimer paso serían los alumnos de escuelas secundarias por turnos asignados y respetando los protocolos de seguridad sanitaria.
Según explicaron desde la cartera educativa porteña la idea es “ir a buscar 5.100 chicos que por distintas situaciones sociales, no han podido mantener su vínculo con la escuela. Empezaremos por ellos: los vamos a ir buscar casa por casa para entender cada caso y junto al gobierno nacional encontrar la mejor manera de volver a vincularlos con sus escuelas”. Por ahora esta etapa contempla solo a los alumnos de escuelas públicas de enseñanza media, pero desde la Ciudad adelantaron que “se invitará a la escuelas de gestión privadas a que se sumen y puedan abrir espacios para uso de computadoras y conexión a internet”.
Si bien Trotta elogió la propuesta porteña de “llevar a cabo una política socioeducativa para llegar a los hogares de los 5.100 niños y niñas que no han tenido contacto con sus docentes”. Por otra parte, aclaró que “la prioridad es el cuidado de la salud de la comunidad educativa”, y solicitó “la presentación de los protocolos” para la apertura de “gabinetes informáticos escolares que mejorarán la continuidad pedagógica”.
En el caso de Agustina Vila, la funcionaria bonaerense realizó declaraciones a la agencia de noticias Telam, en las que destacó “el esfuerzo llevado adelante por docentes, alumnos y sus familias para garantizar la continuidad pedagógica durante la cuarentena”, al tiempo de reconocer que el contexto dejó en evidencia “las desigualdades socioeducativas y digitales preexistentes”.
En relación con el regreso a clases, Vila enfatizó que recién se hará “cuando las condiciones sanitarias estén dadas, estaremos preparados para volver a la escuela, que es lo que todos queremos que suceda. Este no es el contexto. La realidad de la provincia es diversa entre el conurbano y el interior”. Más adelante aseguró que “el 10% de los trabajadores auxiliares y docentes no reside en el distrito donde trabajan y el 7% de los estudiantes no vive en el municipio donde estudia. Eso involucra un nivel de circulación comunitaria que se debe contemplar a la hora de pensar la vuelta a la escuela”.
El anuncio de la Ciudad generó el rechazo de la Ctera, que consideró que la región del AMBA “está lejos de ser considerada una zona segura para actividades donde se congreguen una gran cantidad de personas como las escuelas”.