SOCIEDAD
locales históricos en peligro

Por la cuarentena, cerró el bar notable La Flor de Barracas

En una esquina emblemática del barrio, era refugio de artistas y vecinos. La familia explicó que no podían sostener sus costos fijos.

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Esquina. En Suárez y Arcamendia, había mejorado su salón. | cedoc

Pese a los esfuerzos de sostenerse, el sector gastronómico siente como pocos los efectos colaterales de la cuarentena. Dentro de este sector, los bares notables son uno de los rubros más golpeados por la crisis. La Flor de Barracas, uno de los bares notables más representativos del barrio, anunció su cierre a raíz de la profundización de la crisis que se vive en el rubro desde hace unos años y que desde la vigencia del aislamiento, se profundizó.

Desde su página de Facebook, los dueños del lugar anunciaron el cierre del emblemático bar del sur de la ciudad de Buenos Aires, ubicado en Suarez y Arcamendia, frente a la escuela Normal Nº 5. “Queremos comunicarles que lamentablemente por las razones públicas y conocidas nos vemos obligados a no continuar al frente de La Flor de Barracas. El coronavirus, con la extensa cuarentena que trae como consecuencia, termina de asfixiar nuestra actividad que ya venía herida y era sostenida a costa de un gran esfuerzo familiar”, señalaron sus dueños, encabezados por Carlos Cantini, en el texto de despedida. 

Más adelante, los dueños afirmaron: “Hace cinco años nos hicimos cargo de la Flor con muchísimo entusiasmo no exento de coraje. Fueron todos años muy difíciles que fuimos sorteando dejando jirones en el camino. Nunca hubo advertencia, tolerancia, empatía, comprensión ni tarjeta amarilla. Jamás nos preguntó nadie cómo estábamos, qué necesitábamos o de qué manera podían ayudarnos. Fueron todos rectos y duros funcionarios (AFIP, Sindicato, AGC) de un país próspero que exige por lo que (no) brinda”...Cerraron 75 agencias de viaje por la crisis del coronavirusPara el caso particular de los bares notables, y teniendo en cuenta su esencia, se ofrecieron subsidios por parte del Ministerio de cultura de la Ciudad a fin de alivianar su situación. 

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En este sentido, Carlos Cantini señaló a PERFIL que “preferimos no reclamar ese subsidio por que no era  ético de nuestra parte. No salvaba la ecuación económica. Sobre todo si teníamos en cuenta que el destino de La Flor ya era insalvable”, completó el empresario.  Desde la Sub Comisión de Bares Notables de la Ahrcc, en tanto, señalaron que “estábamos al tanto del cierre. Es una muestra más de lo que se está viviendo en el sector”, afirmó Felipe Evangelista, titular de la entidad. “Las ayudas tardan en llegar, los ingresos no cubren los gastos, y las deudas se van acumulando. Así es muy difícil mantener la actividad comercial, son muchos los bares y confiterías que se están desmantelando por la situación”, agregó, por último el referente de la entidad. La situación de La Flor no escapó a la que viven cientos de bares, de la ciudad a raíz de la pandemia de coronavirus. Si bien se implementaron diferentes modalidades de venta como el de la comida al paso (take away) o el delibery a través de diferentes plataformas digitales, los costos de mantenimiento de estos establecimientos y la baja recaudación derivó en el cierre de diferentes locales gastronómicos. Entre ellos La Ibérica, en la esquina de Cochabamba y Entre Ríos. Días atrás, el tradicional Hotel Castelar, en la Avenida de Mayo al 1.100, también anunció su cierre.Comerciantes que cerraron por la cuarentena recibieron costosas facturas de luzUno de los habitués al lugar es Marino Santamaría, el artista plástico cuyo taller se encuentra a unas pocas cuadras, sobre el colorido Pasaje Lanín. En este sentido, Santamaría explicó que el cierre de la Flor de Barracas no solo le generó tristeza, sino también impotencia. “Siento que debería haberse evitado, que lo tendríamos que haber evitado entre todos. Con su cierre se pierde una parte muy importante de la identidad”.