Esta semana, por primera vez en la historia del básquet local, tres mujeres debutaron como árbitros de la máxima categoría, la liga nacional masculina. Un paso “histórico” en el camino hacia la igualdad en un deporte que siempre tuvo más presencia masculina –recién hace dos temporadas existe la liga nacional femenina–, como definieron desde la Asociación de Clubes de Básquetbol (AdC), impulsores de los nombramientos. “Queremos corregir una cuestión de predominancia histórica masculina, por eso avanzamos con la liga femenina y ahora con los nombramientos. Sabemos que así se van a acercar más mujeres al deporte”, dice el presidente de AdC, Fabián Borro.
“Antes casi no había mujeres dirigiendo, ahora somos muchas. Y el año pasado se creó la liga femenina, que permite a las mujeres profesionalizarse y vivir de este deporte. Llegar a La Liga, de donde surgió la generación dorada, fue algo increíble. Yo vengo de una familia de basquetbolistas, por eso que me designen fue espectacular. Con tanta movilización social que hay ahora del rol de la mujer, es bueno que se abra este espacio. Pero somos árbitros más allá del género”, dice Karina Baccarelli (47), porteña, que debutó el martes en Santiago del Estero, en un partido que tuvo el condimento de ir a tres períodos suplementarios.
Llegó al arbitraje como una forma de colaborar con los clubes de barrio, y al ir capacitándose ganó lugar. El haber sigo jugadora le dio confianza para sentirse cómoda dentro de la cancha y que todo le salga de forma natural. Igual, destaca que “el jugador de básquet es de los más limpios y respetuosos. Entiende que si el árbitro cobra algo, es así”.
Noelia Díaz (32), santiagueña, no tuvo el plus de haber sido jugadora, ya que en su ciudad no había la liga femenina, que recién existe hace cinco años, por eso cuando terminó la carrera de Educación Física quiso armar una escuela de básquet para chicas, para seguir en contacto con el deporte que le gustaba. Allí fue que le ofrecieron hacer el curso de árbitro y en 2009 fue la tercera mujer de su provincia. “Empecé con las categorías menores, y con esfuerzo fui llegando a las categorías más altas, donde el juego es más fluido y ágil, por eso también hay que ser más preciso y rápido como árbitro, para leer la situación del juego y para sancionar”, dice. El miércoles, en Corrientes, debutó con el partido San Martín y Bahía Baske, donde destacó su compromiso “para todas las mujeres que van a venir atrás mío”.
Ayer, la mendocina Micaela Prado (25), ex jugadora y árbitro desde 2010, estuvo al frente de su segundo partido en la categoría. Y el primero televisado, por lo que la ansiedad era mayor a la del martes, cuando le tocó su primer partido. “Para nosotras es un objetivo cumplido, ya que hasta hace poco parecía hasta difícil pensarlo. Hay un plantel femenino trabajando, pero que hasta ahora estaba solo en el ámbito femenino. En la liga nacional hay respeto, son profesionales y saben que se tienen que adaptar al reglamento, y que si no, pueden ser sancionados”, dice.