Un grupo de vendedores callejeros desalojados por el Gobierno porteño de la zona de Retiro junto con una decena de trapitos que trabaja en los Tribunales de Comodoro Py cortaron la avenida Antártida Argentina durante cuatro horas, y luego bloquearon los accesos a la Terminal de micros para exigir que los dejen volver a instalarse en el lugar.
El primer corte comenzó poco después de las 11 y terminó cerca de las 16. Participaron unos treinta manifestantes divididos en tres grupos: los puesteros –que habían sido expulsados hace tres semanas por el Gobierno porteño–, los trapitos –que pedían que los dejaran trabajar sobre la avenida de Los Inmigrantes–, y un grupo de vecinos de la Villa 31 de la Corriente Villera Independiente, que organizaron la protesta.
En un principio el reclamo replicaba, con otros protagonistas, al del jueves, que se había desencadenado luego de que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, la Policía Metropolitana y el Ministerio Público Fiscal allanaran varios locales y una “saladita” que vendía mercadería ilegal al lado de la terminal.
Si bien los manifestantes se habían reunido por la mañana con funcionarios porteños, la tregua llegó luego de la intervención de la legisladora opositora María Rachid que prometió gestiones ante el gobierno y reuniones con otros diputados. “Vamos a parar ahora, pero si el lunes no nos dejan volver a instalar los puestos, el martes cortamos todas las entradas de la Terminal de Retiro”, había indicado la vendedora Mari Díaz.
Apenas unos minutos después comenzó a haber movimiento en otra “saladita”, esta vez junto a la estación del Ferrocarril San Martín. Si bien esta vez no hubo un desalojo oficial, los vendedores aseguraron que la empresa concesionaria no les permitió abrir los locales. Después de varias horas de tensión, cerca de las 19, los manifestantes, que estaban acompañados por los vendedores callejeros, salieron a bloquear los accesos a la terminal. “Lo que nosotros queremos es que nos dejen trabajar en la vereda, necesitamos que alguien del gobierno nos diga que podemos volver desde mañana”, sostuvo Margarita, que tenía un puesto frente a la terminal. Cerca de las veinte, un grupo Infantería logró, sin violencia, desactivar la protesta. .
Cortes. Retiro no fue el único lugar complicado: en toda la ciudad hubo más de noventa cortes totales o parciales. La mayor parte no fue por protestas, sino que fueron interrupciones programadas por obras o eventos culturales.
